No hace falta la colocación de carteles que no está permitido bañarse en las fuentes o espejos de aguas que hacen a los paseos públicos, salvo donde hay balnearios autorizados para el refresco, el esparcimiento, recreación distracción.
Hace pocos días, en el marco de la ola de calor, algunas personas, adultos y menores, se refrescaron en la fuente de la plaza Belgrano de Nueve de Julio.
Más allá de la prohibición, por naturaleza y sentido común – nadie orina en el living de su casa por más que este urgido de un baño – la conducta de los mayores y consintiendo a que menores lo hagan es imprudente por su insensatez y aventurada; y es improcedente por inadecuada e inoportuna.
No ser reprochable abre el camino a que muchos quieran imitar una conducta impropia.
Muchas personas que se encontraban en el paseo publico señalaron su desaprobación.
Además, la fuente tiene una red de energía eléctrica que hace a su ornamentación y vestimenta con luces que la resalta y el agua es transmisora de esa corriente eléctrica lo que podrían haber provocado un daño de proporciones en quienes se refrescaban, incluido niños.
Recientemente, CN ha publicado un informe de profesionales médicos. La Asociación Argentina de Pediatría señala que cinco niños mueren por semana en el país, por negligencia y torpeza de sus padres, al no tener cuidados propios de su rol y ello ha gravitada, sin querer en lo que más anhelan la felicidad de sus hijos. Esos daños en su salud, por falta de cuidados e incluso hasta la muerte, son evitables con responsabilidad y prudencia.
La misma que no se tuvo en cuenta en un uso indebido de la fuente de la plaza.
Agencia MTR