El 11 de diciembre de 1890 nació en Toulouse Charles Romuald Gardes, quien años más tarde sería conocido mundialmente como Carlos Gardel, la voz emblemática del tango y uno de los artistas más influyentes de la cultura rioplatense.
El 11 de diciembre de 1890, en la ciudad francesa de Toulouse, nació Charles Romuald Gardes, el hombre que bajo el nombre de Carlos Gardel se convertiría en el máximo ícono del tango. Hijo de padre desconocido, emigró a la Argentina en 1893 junto a su madre, Berta Gardes, y fue en Buenos Aires donde iniciaría el camino que lo llevaría a construir una figura artística de alcance universal.
Durante décadas, su origen generó debates. El uso de un pasaporte uruguayo —con fecha de nacimiento en 1887 en Tacuarembó— alimentó la hipótesis de un nacimiento oriental. Sin embargo, esa documentación fue gestionada por Gardel solo para facilitar su ingreso a Francia durante su primera gira europea, en 1923, cuando buscó evitar posibles sanciones como presunto desertor del servicio militar en un país aún marcado por las heridas de la Primera Guerra Mundial. Tras ese viaje, volvió a utilizar exclusivamente documentación argentina.
La evidencia histórica —su casa natal, la partida de nacimiento y su propio testamento de comienzos de 1935— confirma su origen francés.
La grabación de “Mi noche triste” en 1917 marcó un hito en la música popular: fue el nacimiento del tango-canción, género que encontró en Gardel su intérprete fundamental. Primero formó un dúo con José Razzano, y luego continuó una carrera solista que alcanzó niveles inéditos de popularidad.
En los años 30 se asoció con el poeta y letrista Alfredo Le Pera, con quien creó clásicos inmortales como “Mi Buenos Aires querido”, “No habrá más penas ni olvido”, “Volver” y “Rubias de New York”. Su voz y su presencia escénica lo catapultaron al cine sonoro, desde donde consolidó su fama internacional.
La vida de Gardel se apagó en la cumbre de su estrellato: el 24 de junio de 1935, en Medellín, murió en un accidente aéreo que también costó la vida de Le Pera y parte de su orquesta. Tenía 44 años. Su figura, sin embargo, continúa creciendo y su voz —la más famosa del tango— sigue cruzando generaciones y fronteras.

Julio de Caro: el maestro que transformaría para siempre el sonido del tango
El 11 de diciembre de 1899 nació Julio de Caro, figura fundamental en la evolución del tango y responsable de una estética musical que renovó el género al comenzar la década de 1930.
El 11 de diciembre de 1899 vio la luz en Buenos Aires Julio de Caro, uno de los músicos más influyentes en la historia del tango. Hijo de una familia con fuerte formación musical, desde joven demostró una sensibilidad distinta para el violín, instrumento con el que luego marcaría un antes y un después en el género rioplatense.
De Caro se convirtió en pieza clave de la transición entre la Guardia Vieja y la llamada Guardia Nueva, imponiendo un estilo refinado, de mayor elaboración técnica y riqueza armónica. Su orquesta, que alcanzó su apogeo en los años 20 y 30, sentó las bases de una sonoridad moderna que influiría en varias generaciones de músicos.
Entre sus aportes más recordados se encuentra la popularización del violín-corneta, un instrumento híbrido que permitía amplificar el sonido del violín en tiempos previos a la masificación de la amplificación eléctrica. Este recurso, unido a su elegancia interpretativa y a la solidez de sus arreglos, fue central en su sello artístico.
La llamada “escuela decareana” trascendió su tiempo y se convirtió en un modo de entender el tango desde la sutileza, la precisión y la búsqueda de una identidad estética propia.
Julio de Caro falleció el 11 de marzo de 1980, pero su legado perdura como uno de los pilares del tango moderno, una figura imprescindible para comprender la evolución musical del género en el siglo XX.


