Este domingo 20, la comunidad de Dennehy se reunió para celebrar las tradicionales Fiestas Patronales en honor a Nuestra Señora del Carmen, con una emotiva ceremonia encabezada por el Obispo de la diócesis de Nueve de Julio y organizada por la Hermana Ermitaña Alma de Jesús. En una jornada marcada por la devoción y la amistad de los asistentes, los fieles compartieron un momento de profunda espiritualidad.
La festividad comenzó con una procesión en la que se llevó la imagen de la Virgen patrona por las principales calles de la localidad, seguida de una solemne misa en la que el Obispo destacó el valor de la hospitalidad y la amistad como virtudes esenciales para la vida cristiana.
En sus palabras, el titular de la diócesis Santo Domingo de Guzmán, Ariel Torrado Mosconi, reflexionó sobre la importancia de abrir el corazón para recibir a los demás, enfatizando que, al igual que la Virgen María acoge a los que se acercan a ella, los cristianos deben estar dispuestos a recibir y acompañar a los demás con generosidad y amor.
“El verdadero espíritu de la hospitalidad es abrir nuestro corazón a los demás, reconocer en ellos la presencia de Dios”, expresó el Obispo durante su homilía, recordando las enseñanzas de San Juan Pablo II, quien decía que Dios se revela tanto en el misterio divino como en el humano.
Además, el Obispo reflexionó sobre el poder de la amistad, un tema que coincidió con la celebración del Día del Amigo, y destacó cómo esta relación tan humana tiene una dimensión espiritual en la vida cristiana. “Así como Abraham acogió a los tres misteriosos visitantes en su casa, debemos reconocer la presencia de Dios en aquellos que nos rodean, en especial en nuestros amigos”, explicó.
El mensaje central de la jornada también giró en torno a la unidad.
Durante su homilía, el Obispo Ariel Torrado Mosconi destacó que, en tiempos de divisiones y violencia como los que se viven actualmente, la hospitalidad y la amistad son fundamentales para crear un ambiente de paz y reconciliación. En este sentido, hizo un llamado a los fieles para que en su vida cotidiana practiquen estos valores, no solo dentro de sus comunidades religiosas, sino también en sus hogares, vecindarios y en la sociedad en general.
“Hoy, más que nunca, necesitamos fortalecer los lazos de fraternidad y apoyo mutuo”, afirmó. “Si la humanidad ha sido capaz de grandes logros, como la llegada del hombre a la Luna, es porque se ha unido en post de un objetivo común. Lo mismo podemos hacer para mejorar nuestras comunidades, uniendo nuestros esfuerzos y nuestra fe.”
Concluyendo la misa, los presentes compartieron un momento de fraternidad en el que, además de rezar por la paz, renovaron su compromiso de vivir en armonía con Dios y con los demás.
Esta emotiva celebración en Dennehy no solo fortaleció la devoción de los vecinos, sino también su vínculo con la Virgen del Carmen y entre ellos mismos.