
La pandemia de COVID-19 demostró cómo las enfermedades infecciosas pueden causar estragos en las vidas de las personas y en los sistemas sociales y económicos. Según un reciente comunicado de la ONU, las crisis sanitarias globales no solo ponen en riesgo la salud de millones de personas, sino que también saturan los sistemas de salud, interrumpen las cadenas de suministro y afectan desproporcionadamente a los países más vulnerables, especialmente a mujeres y niños.
La urgente necesidad de sistemas de salud resilientes
La crisis sanitaria de la COVID-19 dejó en evidencia las fragilidades de los sistemas de salud y subrayó la importancia de construir infraestructuras sanitarias fuertes y resilientes que puedan llegar a las personas más vulnerables. En este contexto, el Secretario General de la ONU instó a la comunidad internacional a aplicar las lecciones aprendidas y a crear una mayor preparación para futuras epidemias, con el fin de evitar una repetición de los errores del pasado.
La cooperación internacional y el enfoque de “Una sola salud”
Un enfoque clave para prevenir futuras epidemias es el modelo de “Una sola salud”, que busca integrar la salud humana, animal y ambiental, de manera que todos los sectores pertinentes trabajen de manera conjunta. Guterres destacó que la cooperación internacional y el multilateralismo son esenciales para enfrentar estas crisis, especialmente en países con sistemas sanitarios más débiles.
El Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias
Cada 27 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias, una fecha designada por la Asamblea General de la ONU para aumentar la conciencia sobre la importancia de la prevención y la preparación ante epidemias globales. En su mensaje, Guterres hizo un llamado a los países a colaborar para prevenir la propagación de futuras enfermedades y a fortalecer las respuestas globales a estos retos sanitarios.
Compromiso global para la inclusión y la equidad
El Secretario General también subrayó la importancia de una respuesta inclusiva, equitativa y no discriminatoria, con especial atención a los grupos más vulnerables. Destacó el papel primordial de los gobiernos, las organizaciones internacionales, y las partes interesadas, como las mujeres que constituyen la mayoría de los trabajadores sanitarios a nivel mundial, en la gestión de las epidemias.
Conclusión: Un futuro más preparado
La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de mejorar la preparación ante emergencias sanitarias y de garantizar que todos los sectores trabajen en conjunto. Para ello, la ONU instó a un enfoque de cooperación global y solidaridad, con el fin de que el mundo esté mejor preparado para futuras crisis.


