Este domingo 21 de diciembre comienza oficialmente el verano en el hemisferio sur con la llegada del solsticio, un fenómeno astronómico que marca el día con mayor cantidad de horas de luz solar del año.
El evento, observado y celebrado desde hace miles de años por distintas culturas, tiene además un fuerte significado por lo que representa la Estación del disfrute al aire libre.
El solsticio de verano se producirá a las 12.03 (hora argentina), momento exacto en el que el Sol alcanzará su punto más alto en el cielo hacia el sur.
A partir de allí, las jornadas comenzarán a acortarse de manera gradual, aunque el calor y la energía propia del verano se extenderán durante los meses siguientes.
Desde el punto de vista astronómico, el solsticio ocurre por la inclinación del eje terrestre, que provoca que el Sol ilumine durante más tiempo al hemisferio sur. Este fenómeno da lugar al día más largo del año y al inicio formal del verano.
En términos astrológicos, el solsticio coincide con el ingreso del Sol en Capricornio, signo asociado al orden, la disciplina, la responsabilidad y la construcción de objetivos a largo plazo. Esta combinación genera un contraste particular: mientras el entorno invita al movimiento, el disfrute y la expansión, la energía simbólica propone estructurar, planificar y tomar decisiones con proyección futura.
Para la astrología, el solsticio abre una etapa ideal para hacer balances del año que termina. Evaluar logros, reconocer lo pendiente y redefinir metas aparece como una consigna central. La influencia de Capricornio favorece las decisiones realistas, la planificación y el trabajo sostenido, dejando en segundo plano la improvisación.
En el plano colectivo, este momento suele interpretarse como una invitación a ordenar proyectos, revisar procesos y asumir responsabilidades postergadas. A nivel personal, impulsa a reorganizar la energía y enfocarla en aquello que tenga verdadero sentido y continuidad en el tiempo.


