Cada 6 de agosto se celebra en Argentina el Día del Veterinario, una fecha que conmemora el inicio de los estudios de esta disciplina en el país y que invita a reflexionar sobre una profesión esencial para el cuidado de la salud animal, pero también humana. En diálogo en ‘Despertate’ por Cadena Nueve, Máxima 89.9 y Visión Plus el canal de Youtube de CN, las médicas veterinarias Constanza Spina y Pilar Riopedre compartieron su experiencia, visión actual de la profesión y el compromiso que implica ejercerla.
“Ser veterinaria para mí es cumplir un sueño. Siempre quise serlo, pero va más allá del amor por los animales: es ejercer la medicina en otro cuerpo, en otra especie”, dice Pilar, marcando una idea que atraviesa toda la charla. Ambas egresadas de la Universidad de Buenos Aires, coinciden en destacar la exigencia y profundidad de la carrera: “Son muchos años de estudio y esfuerzo, pero lo vale completamente”, agrega Constanza.
A lo largo de la entrevista, no solo hablaron del vínculo con los animales, sino del rol fundamental que cumple el veterinario en ámbitos como la salud pública, la producción alimentaria, la prevención de enfermedades zoonóticas y la inspección bromatológica. “Desde que un animal nace hasta que un producto cárnico llega al plato, hay presencia veterinaria. No siempre se ve, pero está”, resaló la Dra. Spina.
Una profesión con cuerpo y alma
Ambas se desempeñan actualmente en el ámbito de pequeños animales, es decir, en la atención de mascotas, un sector que ha crecido exponencialmente en los últimos años. Si bien aseguran que todos los rubros veterinarios tienen sus propios desafíos, reconocen que trabajar con animales de compañía implica un vínculo emocional muy fuerte, tanto con los pacientes como con sus tutores humanos.
“El día a día es intenso. Tenemos horarios comerciales, pero también estamos disponibles para emergencias fuera de esos horarios. Uno no puede predecir cuándo una mascota se va a enfermar”, explicó Constanza Spina. También destacaron el valor del trabajo en equipo: “A veces, una sola persona no alcanza. Nos apoyamos entre colegas, compartimos casos, hacemos ateneos. No hay lugar para el egoísmo cuando el objetivo es el bienestar del paciente”, resaltó Pilar Riopedre.
Entre anécdotas y aprendizajes
Entre las historias que relataron, no faltaron las anécdotas simpáticas. Desde clientes que en plena pandemia usaban la excusa de ir a comprar shampoo para el perro para salir de sus casas, hasta consultas que se extendían en charlas terapéuticas: “Muchos terminan contándonos su vida. Somos un poco psicólogas también”, bromean.
En ese sentido, también destacaron la etología, una especialidad veterinaria que se dedica al comportamiento animal, tanto normal como alterado. “Es lo que algunos llaman el ‘psicólogo de mascotas’. Con paciencia y trabajo, muchos comportamientos se pueden corregir”, explicó Pilar.
Reflexión y futuro
Al ser consultadas por lo que representa este día para ellas, ambas coincidieron en que, aunque laboralmente puede ser un día más, emocionalmente es especial. “Nos saludamos con los compañeros de carrera, muchos de los cuales se convirtieron en grandes amigos. Es como un cumpleaños de todos”, dicen entre risas.
Finalmente, subrayaron la necesidad de continuar capacitándose, algo que hoy se facilita con las herramientas virtuales que dejó la pandemia. “La medicina, incluida la veterinaria, es una ciencia en constante evolución. Tenemos la responsabilidad de estar actualizados”, concluyeron.
Con vocación, ciencia y compromiso, los veterinarios argentinos cumplen una tarea esencial, muchas veces invisible, pero siempre vital. En este día, más que nunca, se reconoce su labor y se los celebra con gratitud.
