El 24 de julio de 1911, el explorador estadounidense Hiram Bingham descubrió las ruinas del poblado incaico de Machu Picchu, ubicado en la cordillera de los Andes del sur de Perú, a 2.430 metros sobre el nivel del mar. Este sitio arqueológico, conocido como “Monte viejo” en lengua quechua, es uno de los más emblemáticos y misteriosos de la civilización inca.
Machu Picchu es un testimonio de la habilidad y creatividad de los incas, quienes construyeron esta ciudadela en el siglo XV. La ciudadela está rodeada de montañas y valles, y su arquitectura es un ejemplo de la perfección y armonía con el entorno natural. En 1983, Machu Picchu fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo su importancia cultural y histórica. Hoy en día, es uno de los destinos turísticos más populares de América Latina y un símbolo de la rica herencia cultural de Perú.
El descubrimiento de Machu Picchu por Hiram Bingham fue un momento crucial en la historia de la arqueología y la exploración. Su hallazgo permitió a los investigadores y al público en general conocer más sobre la civilización inca y su legado en la región. La ciudadela sigue siendo un enigma, y su belleza y misterio continúan fascinando a los visitantes de todo el mundo.