Este viernes 30 de mayo, el exfutbolista y formador Rubén Rossi visitará Nueve de Julio para ofrecer su disertación “Fútbol, el juego que se aprende jugando”, en el Salón de Usos Múltiples del Colegio de los Hermanos Marianistas. La propuesta no se limita al deporte: Rossi trae una reflexión profunda sobre la infancia, la educación, el rol del adulto y el verdadero sentido del juego.
En diálogo con Gustavo Tinetti en el programa “Despertate” de Cadena Nueve y Máxima 89.9, Rossi compartió parte de su experiencia y del enfoque que ha desarrollado a lo largo de más de tres décadas trabajando en el fútbol infantil y juvenil. “Yo nunca jugué en inferiores, sin embargo fui campeón del mundo juvenil. Empecé a preguntar por qué y la respuesta fue siempre la misma: porque aprendí jugando”, relató.
El juego como maestro
Lejos de la lógica de la exigencia, la presión o el sacrificio prematuro, Rossi propone un cambio de paradigma. “El niño aprende jugando. Nuestra tarea como adultos es generar contextos donde puedan disfrutar, equivocarse, crear. No se trata de imponer, sino de acompañar”, explicó.
Desde su experiencia como instructor FIFA y Conmebol, y también desde su rol en la escuela de entrenadores que encabeza César Luis Menotti, Rossi lleva este mensaje por toda Sudamérica. Lo resume en una expresión provocadora: “una conspiración lúdica” para devolverle el juego a los chicos.
Una crítica al sistema y un llamado a la conciencia
Durante la entrevista, cuestionó duramente las prácticas actuales que, según él, atentan contra el espíritu del juego: “Los padres presionan, los entrenadores exigen, y luego se contrata un psicólogo para que saque la presión. ¿No sería más fácil no presionar desde el comienzo?”
También advirtió sobre las consecuencias educativas de esa presión: “Cuando un niño gana o pierde un partido, esa emoción dura cinco minutos. Pero si no le enseñamos valores, si fallamos en su educación, esa derrota puede durar toda la vida”.
El potrero como símbolo de libertad
Rossi recupera la figura del potrero no solo como espacio físico, sino como lugar simbólico de libertad y creatividad. “En el potrero no había técnicos ni tácticas, pero había algo esencial: libertad para probar, fallar y volver a intentar. Esa libertad es la que forma verdaderos jugadores… y mejores personas”, afirmó.
Una invitación abierta a repensar el deporte y la niñez
El encuentro del viernes está destinado no solo a entrenadores y deportistas, sino a docentes, padres y cualquier persona interesada en la educación y el desarrollo infantil. “Mi mensaje no es contra nada, es a favor de otra cosa: a favor del niño, del juego, de la infancia feliz. No podemos asegurar que un chico llegue a ser futbolista, pero sí podemos garantizarle que aprenda jugando”, expresó.
Rubén Rossi llega a Nueve de Julio con una propuesta que va más allá del fútbol: una invitación a recuperar lo esencial. Y como bien dijo al cerrar su entrevista: “El único tesoro que tiene un país no está en las reservas del Banco Central: está en su infancia. Y eso es lo que más deberíamos cuidar”.