El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es mucho más que una fecha marcada en el calendario. Declarado por las Naciones Unidas en 1975 y consolidado dos años después como Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional, este día es la culminación de siglos de lucha, sacrificio y valentía por parte de las mujeres en su búsqueda de la igualdad y la justicia. Aunque hoy se celebra como un símbolo de avance, la conmemoración de los derechos de las mujeres tiene sus raíces en una historia de resistencia marcada por sangre, coraje y sacrificios personales, señala la convecina Miriam Lotumolo.
El Origen del 8 de Marzo
El origen de esta fecha remonta al 8 de marzo de 1857, cuando cientos de mujeres trabajadoras de una fábrica textil en Nueva York decidieron alzar su voz contra las deplorables condiciones laborales que enfrentaban. Luchaban por un salario justo, que representaba menos de la mitad de lo que recibían los hombres por la misma tarea. Su determinación, sin embargo, no fue recibida con respeto ni diálogo. La jornada terminó en tragedia: 120 mujeres fueron brutalmente asesinadas a manos de la policía, en un hecho que marcó un hito en la historia de la lucha feminista.
Este episodio, lejos de quebrar la resistencia, impulsó a estas mujeres a fundar el primer sindicato femenino, cimentando el camino de futuras generaciones que seguirían luchando por una igualdad que, hasta entonces, parecía lejana e inalcanzable.
Un Legado de Lucha
El camino hacia la conquista de los derechos de las mujeres es uno de sufrimiento y resistencia. Las generaciones que nos precedieron —nuestras bisabuelas, abuelas y madres— sacrificaron todo para que hoy algunas de nosotras podamos disfrutar de derechos fundamentales que hasta entonces nos habían sido negados. Esta lucha no fue solo un acto de rebeldía; fue una constante reafirmación de nuestra humanidad, de nuestra capacidad de decidir y de ser reconocidas como seres autónomos y dignos de respeto.
Este mismo trayecto de lucha tiene una huella indeleble en la historia de nuestro país, donde miles de mujeres, muchas de ellas anónimas, dieron su vida en nombre de la justicia y la igualdad. Entre ellas, se destaca la figura de Eva Duarte de Perón, cuya vida y legado marcaron un punto de inflexión en el reconocimiento de los derechos de las mujeres en Argentina.
El Peronismo y la Mujer
El peronismo, y especialmente los primeros gobiernos de Juan Domingo Perón, son históricos en el contexto mundial por su visión innovadora sobre el papel de la mujer en la sociedad. A diferencia de otros movimientos políticos de la época, el peronismo otorgó un reconocimiento efectivo al liderazgo de las mujeres. Eva Perón, desde su rol en la Fundación Eva Perón y su trabajo político, puso a Argentina a la vanguardia en materia de derechos femeninos. Fue gracias a su lucha incansable que las mujeres argentinas lograron el derecho al voto, la posibilidad de divorciarse y el reconocimiento legal de los hijos extramatrimoniales.
Además, bajo su impulso, se estableció la creación de una Secretaría de Trabajo que atendiera específicamente las necesidades de las mujeres, algo sin precedentes en el ámbito político mundial. La historia del peronismo y la mujer es, indiscutiblemente, una historia de avances fundamentales en la conquista de derechos por parte de las mujeres argentinas.
Cristina Fernández de Kirchner y la Continuidad de la Lucha
La actual figura política que más ha continuado y ampliado esos derechos fue la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. No solo defendió los derechos adquiridos, sino que luchó por ampliar los derechos de las mujeres en Argentina. Su legado incluye la histórica Ley 26.485, que establece normas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género en los ámbitos donde las mujeres desarrollan su vida diaria.
Sin embargo, su liderazgo no estuvo exento de ataques. Como mujer en el poder, Cristina fue objeto de difamaciones, persecuciones y un sinfín de campañas mediáticas que buscaban desacreditarla. Incluso, el 1 de septiembre de 2022, un atentado en su contra evidenció la violencia política que las mujeres en el poder deben enfrentar a diario. Su vida y su obra son la prueba de que la lucha por la igualdad sigue siendo un desafío constante.
Reflexionar en el 8 de marzo
El Día Internacional de la Mujer no es un día de celebraciones superficiales ni de simples felicitaciones. Es un día para reflexionar, para mirar atrás y reconocer el largo camino recorrido, pero también para señalar los desafíos que aún enfrentamos. En medio de intentos por parte de ciertos sectores de apropiarse de esta fecha, el 8 de marzo sigue siendo un símbolo de la lucha feminista, un recordatorio de las mujeres que a lo largo de la historia han dado su vida para garantizar que otras puedan vivir con más libertad, dignidad y justicia.
Es vital entender que la conmemoración de esta fecha no debe reducirse a un acto simbólico. El 8M es una llamada a la acción, a la reflexión y, sobre todo, a la unidad de todas aquellas personas que creen en la igualdad de derechos.
Desde la ciudad de 9 de Julio, donde, a través de la Fundación Peronismo por 9 de Julio, rendimos homenaje a todas las grandes luchadoras que nos precedieron, extendemos este tributo a todas las mujeres del mundo que han marcado el camino de la lucha por la igualdad, la justicia y la libertad. No hay vuelta atrás en esta ola que no para de crecer.