viernes, mayo 17, 2024
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Monseñor Ojea animó a los obispos a dejarse evangelizar por los pobres

El titular de la conferencia Episcopal Argentina lo hizo al abrir la 118 Asamblea Plenaria en Pilar

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, animó a los obispos a dejarse evangelizar por los pobres y a ponerlos ¨en el centro del camino de la Iglesia”, al presidir la misa de apertura de la 118a Asamblea Plenaria que se desarrolla en la casa de retiros El Cenáculo (La Montonera), del partido bonaerense de Pilar.

Los obispos argentinos se encuentran reunidos en la casa de retiros El Cenáculo (La Montonera), de partido bonaerense de Pilar, donde participan desde hoy y hasta el 9 de noviembre de la 118a Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que preside monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro.

Entre los asistentes, lo hace el titular de la diócesis de Nueve de Julio, Monseñor Ariel Torrado Mosconi.

El sacerdote durante la homilía, hablándole a sus pares, les dijo,  expresó: “Nosotros ya hemos sido invitados al banquete del que nos habla el Evangelio. Él ha puesto la mesa para nosotros. Sin embargo, para poder disfrutar en plenitud de este banquete que ha transformado nuestras vidas, la misma dinámica del amor de Dios nos invita a la vez a nosotros, a tender la mesa para todos los hermanos, realizando así la esencia de nuestra vocación que es misionera”.

“Él mismo nos dice cómo hacer esta invitación: ‘Cuando des un banquete no invites a tus amigos ni a tus hermanos, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos y a los ciegos. Ellos no tienen cómo retribuirte y tu recompensa será grande en el cielo’”, señaló.

“Esta invitación abierta a la participación en el banquete de aquellos que no nos pueden agradecer con dádivas y favores, nos ayuda a jerarquizar el bien mismo que se comparte más allá de todas las diferencias”, sostuvo.

La Iglesia, afirmó monseñor Ojea, “convoca a todos sus miembros a caminar junto a muchísimos hermanos que están lejos de la fe. A hermanos de otros credos y de otras confesiones cristianas”, con quienes formamos “un verdadero poliedro de diferencias religiosas, culturales e históricas”, para trabajar arduamente “en nuestra responsabilidad como ciudadanos de la casa común que está seriamente amenazada”.

“Que la Virgen, nuestra Madre, haga que esta invitación a los pobres en la mesa del banquete del Reino nos transforme a través del contacto cercano con ellos”, añadió el prelado.

El obispo de San Isidro, destacó la importancia de un diálogo claro, afable, confiado y prudente. “El diálogo siempre afronta un riesgo pero es una apuesta a que no todo quede igual después de lo compartido”, concluyó.

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