Luego de la polémica desatada en torno a los problemas derivados del mal uso de los agroquímicos, el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires emitió un comunicado a través de su Departamento de Ingeniería Agronómica, en el cual se aclara que se han registrado problemas cuando no hubo intervención de un profesional legalmente habilitado.
En este sentido, desde la entidad que preside Norberto Beliera, recordaron que en la provincia de Buenos Aires, el ingeniero agrónomo matriculado en el CIPBA es el “único profesional que puede recomendar, dosificar e indicar las formas de aplicación de pesticidas, incluyendo las condiciones atmosféricas que deben respetarse para que el tratamiento sea eficiente, y sin riesgos ni para quien lo aplica, ni para la población”.
“En los casos en que exista riesgo -continúa el comunicado-, como por ejemplo, que haya un poblado cercano, el profesional deberá tener determinada la zona de exclusión por una reglamentación homogénea que aplique a nivel nacional, provincial y municipal, Y supervisará personalmente esa aplicación, ya que no por poner límites extemporáneos se solucionan los problemas de contaminación”.
Sobre este punto, quizá uno de los mas sensibles en torno al debate sobre el uso de agroquímicos, los ingenieros bonaerenses aclararon que “en todo el mundo existe la problemática del uso de agroquímicos, pero en ningún lugar se resuelve aumentando las distancias de la zona de aplicación. Existen responsables por esas aplicaciones, e instituciones encargadas de velar por la salud y seguridad de los seres vivos, las que funcionan correctamente. Eso es lo que debemos también lograr en nuestra provincia”.
Las estadísticas indican que no es posible satisfacer las necesidades nutricionales de la población mundial actual de más de 7.000 millones de personas, si para la producción de los alimentos necesarios no se utiliza la más alta tecnología disponible y eso incluye a los agroquímicos. Sin embargo no todos tienen el mismo nivel de toxicidad y en general la dosificación adecuada evita los inconvenientes. En Argentina el SENASA adoptó la clasificación por banda de colores que van del verde, que significa que no ofrecen peligro, azul para aquellos que son poco peligrosos, amarillo para sustancias peligrosas y nocivas para la salud humana y animal; hasta el rojo para los productos muy tóxicos para todos los seres vivos.
Por eso desde el Departamento de Ingeniería Agronómica del CIPBA remarcaron que “los agroquímicos, como los remedios, deben ser utilizados por los profesionales formados para ello, que son los Ingenieros Agrónomos, y que cada aplicación de plaguicida debe ser recomendada, receta mediante, por uno de estos profesionales, que seleccione el producto necesario para combatir la plaga que sea y en la dosis adecuada”.
A nivel Nacional rige desde 1999 el protocolo de calidad “Buenas Prácticas Agrícolas”, en el que la intervención del profesional asegura una determinada calidad de producto, y evita daños a la salud de los consumidores, e impactos negativos en el ambiente. En tanto que en territorio bonaerense está vigente la Ley de Agroquímicos, Nº 10.699/88, y su decreto reglamentario 499/91; ambas normas establecen cómo debe instrumentarse la aplicación de agroquímicos, el uso de la Receta Agronómica, la intervención profesional requerida, y quiénes son los responsables de la aplicación de dicha Ley.
“Necesitamos, y reclamamos, que se cumplan dichas normas, que exista un control fehaciente por parte del Estado que es la autoridad de aplicación en este tema, en sus tres niveles: nacional, provincial y municipal. Que se creen y garanticen las condiciones para poder controlar efectivamente toda la cadena de producción, transporte, distribución, venta, y aplicación de los agroquímicos en sus respectivas jurisdicciones”.
“Lamentablemente algunos de esos productos son actualmente irreemplazables, y por eso lo que debemos exigir es que quien los use, esté obligado a hacerlo correctamente, cumpliendo todas las normas que están establecidas. Entendiendo que para cada producto existe un protocolo de uso que hace posible utilizarlo sin causar daño alguno” pero solo un profesional legalmente habilitado puede ofrecer esa garantía, finaliza el comunicado.