Con mermas se proyecta la producción lechera de mayo

Estos valores, si bien en la realidad son algo mayores (por lo que suma Mastellone Hnos, bajo modalidades que nosotros no podemos controlar), muestran un claro atraso de uno o dos meses, respecto de los que se pagan en Santa Fé y Córdoba. Cosa que se explica básicamente por dos cosas: a) En la región central es más grande la proporción de la leche que se compra que va al mercado de exportación (que en el período próximo pasado, otorgó a las empresas un mayor poder de compra), y b) Hay allí una mayor competencia por la captación de leche, acentuada en momentos como éste, por una producción deprimida, y a la que le costará un tiempo volver a despegar.

En este momento, estarían tendiendo a confluír las capacidades de pago que habilita el mercado interno y el externo, por lo que es de esperar que también hagan lo mismo los precios, que tienen un particular márgen de mejora en Cuencas lecheras como la nuestra, y otras, que están en similar situación.

Y si sumamos la capacidad ociosa que hoy tiene la industria, y la avidez de su demanda, por evitar el lucro cesante que significa dejar de hacer negocios por falta de materia prima, bien podemos asumir que la mencionada confluencia de precios debería producirse nivelando “hacia arriba”.

Las cosas no pasan solas

Claro que para poder capitalizar esta oportunidad de recuperación, los productores deberán prestar más atención a la comercialización de su leche, asignarle un tiempo lógico dentro de su esquema de gestión, y tener muy en cuenta las ventajas que siempre aporta el trabajo y la coordinación grupales, para alcanzar los mejores resultados.

Para salir adelante, habrá que trabajar, y mucho. Porque las cosas no pasan solas. Hay que “hacer que pasen”. Y podemos llevarnos la sorpresa de que, con buenas negociaciones (de mutua comprensión), podemos en una misma jugada, mejorar nuestro precio y también nuestra relación con la o las industrias que nos compran la leche.

Sres de los Gobiernos nacional y provinciales ¿Cómo quieren que los recordemos?

Con respeto, hacemos esta pregunta a los Políticos y los Funcionarios, que aunque a veces lo olvidan, están de paso en la función pública, y deben ser servidores de los ciudadanos, que les pagamos el sueldo, para que administren los asuntos de la comunidad. Nuestras cosas “en común”.

¿Hacer mal el bien y bien el mal?

No sería bueno, como nos señalaba un amigo en el reciente Outlook Lechero, que los tengamos que recordar como a aquel cardenal francés, del que se dijo que “hacía mal el bien, y bien el mal”.

Porque en nuestro sector, que permanece estancado, a contramano de toda la región, por causas que van más allá del clima, vemos reiterarse prácticas, que hacen daño, y sería muy atinado corregir.

Por ejemplo, un “mal” bien hecho, es aquel que pretende maniatar los precios, sin reconocer la dinámica de los mayores costos, que se dan en una economía inflacionaria. O manejar con arbitrariedad las autorizaciones de exportación, bloqueando la captación de oportunidades.

Y también es un “bien” mal hecho, una Liquidación Única, a la que le falta desarrollar aún cuestiones básicas, pero a la que tempranamente, se carga de condicionamientos, para los propios que la aceptaron.

Ayudar creciendo e integrando

Tenemos que ser capaces de crecer armónicamente integrados, no divididos. No necesariamente se ayuda a los productores más chicos combatiendo a los más grandes, porque se termina frenando el desarrollo de la Lechería. Se puede ayudar con Programas específicos, mientras quienes no los necesitan, y están dispuestos a invertir y arriesgar, si hay reglas justas, claras y estables, van haciendo su trabajo, sin carga para el Gobierno de turno, para beneficio del propio sector y el conjunto del país.