Un pueblo sin Memoria es un pueblo dormido

“Estamos ante otro aniversario que no quisiéramos tener los argentinos…este es un aniversario que no nos gustaría tener que recordar, pero sí tenemos la obligación de recordar”; porque hubo un proceso que se centró en la exclusión política de la ciudadanía y en la fuerte presencia de corporaciones económicas vinculadas al poder que prepararon el terreno social para la aplicación del“ajuste estructural”, que con la correlación de las fuerzas social-políticas de aquel entonces era imposible de imponer sin la aplicación del terrorismo de estado con el resultado de 30.000 desaparecidos, que llevaron a la desestructuración de la sociedad mediante el quiebre de los lazos de solidaridad y la consolidación de la hegemonía del capital financiero como regulador de la economía.
Aquel Proceso de Reorganización Nacional ideado por los sectores vinculados a la especulación financiera y a la oligarquía rural, utilizó a las Fuerzas Armadas como su brazo ejecutor, con el objetivo de eliminar a aquellos que pudieran frenar la instauración de un modelo económico de apropiación desigual de la riqueza o de transferencia de la misma, de los sectores obreros al capital financiero. Y como de memoria se trata esto, cabe recordar que se destruyó la industria nacional, que creció el desempleo al 9 %, que se dispararon los precios minoristas, aumentó el índice inflacionario, el dólar se sobrevaluó y con él la devaluación sistemática de la moneda nacional, todo esto en las primeras semanas del golpe de Estado y en los años sucesivos, el endeudamiento externo con la absorción de la deuda privada.
Es por esto que debemos recordar, también, que el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, fue un Golpe Cívico-Militar, donde partidos políticos apoyaron la interrupción democrática pidiendo un golpe de Estado, parte de la Iglesia y otras instituciones asumieron un rol de complicidad y silencio ante los secuestros, torturas, asesinatos y robo de bebés; la Sociedad Rural Argentina, a un año del golpe, pedía el apoyo de empresarios y obreros para la liquidación de las empresas estatales que permitiera concretar los objetivos del golpe -que a su entender- eran los objetivos de la nación; y los medios de comunicación como Clarín y La Nación, que canjearon sus tapas y editoriales por la propiedad “ilegal” de Papel Prensa.
Y para ser justo, no olvidemos la decisión política de Raúl Alfonsín de juzgar a las Juntas y de comenzar una investigación de los crímenes de la dictadura, que le costó su gobierno. Aún sabiendo ésto, asumió su responsabilidad con el pueblo argentino;para luego terminar pagando el costode las leyes de punto final y obediencia debida, pero sabiendo que el contexto político se lo exigía para continuar con el proceso democrático.
En cuanto a la Justicia, finalmente llegó con el proceso político iniciado el 25 de mayo de 2003 con Néstor Kirchner, con un acto iniciático y simbólico: bajar el cuadro de Videla; luego vendrían las anulaciones de las leyes de punto final, obediencia debida y los indultos del menemato y el juicio a todos los militares y civiles como responsables de crímenes de lesa humanidad, y que aún continúan con Cristina.
Y la verdad? … es una responsabilidad de todos construirla porque se ha edificado una historia sobre tanta mentira, sobre tanta muerte, sobre tantas identidades robadas, sobre tanto dolor.
 
*Kolina 9 de Julio – Por la Memoria,  la Verdad y la Justicia