En el marco del Día Mundial de los Docentes, celebrado cada 5 de octubre, la UNESCO, la OIT, el UNICEF y la Internacional de la Educación han reiterado la necesidad urgente de mejorar la formación y el apoyo a los docentes como pilar fundamental para lograr una educación inclusiva, equitativa y resiliente. En este contexto, la colaboración y el desarrollo profesional de los educadores emergen como elementos esenciales para garantizar una enseñanza de calidad y la transformación educativa necesaria para enfrentar los retos del siglo XXI.
Desafíos en la Formación Docente y la Brecha Global
Una reciente hoja informativa del Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS) y el Grupo de Trabajo sobre Docentes señala una alarmante realidad: solo el 14% de los países de bajos ingresos cuentan con políticas que exigen el desarrollo profesional continuo de los docentes de primaria. Este déficit de formación es aún más evidente en regiones como África Subsahariana, donde la proporción de maestros capacitados en primaria ha caído del 85% al 69% en las dos primeras décadas del siglo XXI, y en secundaria, la disminución ha sido aún mayor, pasando del 79% al 59%.
La falta de apoyo a los docentes no solo afecta la calidad de la enseñanza, sino que también tiene repercusiones en la retención de los educadores, lo que contribuye a la creciente escasez mundial de docentes. Según la UNESCO, se estima que para 2030 se necesitarán 44 millones de nuevos maestros para alcanzar los objetivos de educación primaria y secundaria universal. Esta escasez subraya la urgencia de tomar medidas para invertir en la formación y el bienestar de los docentes, quienes son la columna vertebral de cualquier sistema educativo.
La Colaboración Como Clave para el Éxito
Una de las principales conclusiones del informe conjunto de la UNESCO, la OIT, el UNICEF y la Internacional de la Educación es que la colaboración debe ser vista como una norma dentro de la profesión docente. Los docentes, a pesar de ser líderes en la promoción de la inclusión y la innovación, a menudo trabajan en condiciones que no fomentan la cooperación. La enseñanza conjunta, los círculos de estudio y las comunidades de práctica no solo fortalecen la pedagogía y la autonomía de los educadores, sino que también fomentan su bienestar y les permiten enfrentar los desafíos de manera compartida.
A lo largo de sus carreras, los docentes deben ser alentados a desarrollar habilidades de investigación colectiva y resolución de problemas a través de la colaboración. Este enfoque no solo beneficia a los maestros, sino que también tiene un impacto directo en la calidad educativa que reciben los estudiantes. Sin embargo, el informe revela que menos de la mitad de los países enfatizan la importancia de la colaboración entre docentes en sus políticas de liderazgo educativo, y solo un tercio de los programas de liderazgo analizados fomentan el desarrollo de habilidades para compartir responsabilidades de manera abierta.
Liderazgo Compartido y Políticas Inclusivas
El liderazgo escolar compartido es otro de los temas clave del informe. Según el Informe GEM de la UNESCO, solo unos pocos países han logrado integrar la colaboración entre docentes en las evaluaciones de desempeño, lo que limita las oportunidades de los educadores para asumir funciones de liderazgo dentro de las escuelas. Para que la colaboración sea efectiva, es necesario que los sistemas educativos adopten políticas que apoyen el liderazgo compartido, lo que también garantiza la legitimidad de las políticas educativas basadas en la realidad de las aulas.
La participación activa de los docentes en los procesos de toma de decisiones también es fundamental para la creación de políticas educativas efectivas. El Consenso de Santiago, adoptado en la Cumbre Mundial sobre Docentes, subraya el poder transformador de los educadores, quienes deben ser empoderados para influir en las políticas que afectan su trabajo y el futuro de sus estudiantes.
El Rol de los Docentes en la Innovación Global
Además de su importancia en las aulas, los docentes desempeñan un papel clave en las iniciativas educativas internacionales. Programas como el Premio UNESCO-Hamdan para el Desarrollo Docente ponen de relieve cómo la colaboración docente no solo beneficia a las escuelas, sino que también impulsa la innovación educativa a nivel global. Los sindicatos de docentes y las alianzas profesionales amplifican la voz de los educadores, lo que fortalece la legitimidad de las políticas públicas y favorece la creación de sistemas educativos más inclusivos y equitativos.
Un Futuro de Colaboración y Empoderamiento Docente
Este Día Mundial de los Docentes 2025 tiene como objetivo recordar la importancia de reconocer y respaldar a los educadores en todo el mundo. La celebración de este año se llevará a cabo en Addis Abeba, en el marco de la Conferencia Panafricana sobre la Formación del Profesorado, y se desarrollarán eventos en todo el planeta para destacar el rol fundamental de los docentes en la formación de las futuras generaciones.
Solo mediante una colaboración sólida, el apoyo a la formación continua de los docentes y el desarrollo de políticas inclusivas podremos construir sistemas educativos que promuevan el aprendizaje y el bienestar de todos los estudiantes. La educación es un derecho, y garantizar que todos los docentes estén adecuadamente capacitados es un paso esencial para lograr una educación de calidad y transformadora.