La industria lechera está atravesando un momento crítico, con más de 1.000 tambos cerrados desde que asumió la presidencia Javier Milei. Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), a mayo de este año quedaban 9.039 establecimientos en el país, un 10,2% menos que a finales de 2023.
La sequía y la falta de sucesión son algunos de los factores que han contribuido a esta situación. Las nuevas generaciones prefieren dedicarse a otras actividades con más proyección y ganancia, y menos esfuerzo. A pesar de esto, la producción de leche creció un 11% en el primer cuatrimestre del año con respecto a 2023. El director nacional de Lechería, Sebastián Alconada, destacó que el productor es quien debe tomar las decisiones y que el Estado no debe intervenir en la inversión. “Hay negocio en la lechería”, dijo, y agregó que el gran desafío es trabajar en la eficiencia y que cada uno, producción, industria y Estado, mejore sus números.
La provincia de Buenos Aires, que tiene una participación del 20% de los tambos, cuenta actualmente con 1.805 establecimientos, 25 menos que a fin de 2024. También se registró una baja en la cantidad de vacas, del 6%. La situación es preocupante para el sector agropecuario y se espera que se tomen medidas para abordar los desafíos que enfrenta la industria lechera.