En la mañana de este domingo 8 de junio, el Monasterio Santa María de Los Toldos fue escenario de una emotiva ceremonia donde fue sepultado el Padre Mamerto Menapace, reconocido monje benedictino y referente espiritual de generaciones de argentinos.
Después de la misa fue donde desde la homilía Monseñor Ariel Torrado Mosconi, obispo de la diócesis de Nueve de Julio, ofreció palabras sentidas y profundas para despedir a una figura relevante de la Iglesia argentina contemporánea.
“Creo que hemos tenido la gracia, el regalo de tener entre nosotros a uno de los grandes hombres de la Iglesia en Argentina”, expresó el obispo, visiblemente conmovido, al momento de la sepultura. “Ha marcado nuestro tiempo, ha marcado la historia personal de muchos y también la historia de nuestra diócesis”, agregó.
Durante su homilía, Monseñor Torrado Mosconi hizo referencia a los textos del Padre Mamerto, ampliamente leídos en parroquias, escuelas y hogares a lo largo y ancho del país. “Sus libritos nos han despertado tantos sentimientos, tantas esperanzas y nos han iluminado en distintas etapas de nuestra vida: cuando éramos chicos, adolescentes, jóvenes”, recordó.
El obispo también resaltó el estilo de predicación del Padre Mamerto, simple y lleno de imágenes cercanas al pueblo. “Con esa sencillez, con tantas imágenes que nos resultaban tan familiares, logró llegar a todos. Incluso a los que no estaban dentro de la Iglesia. Como dijo el periodista Tito Garabal, conductor de ‘Claves para un mundo mejor’, a CN: ‘Fue el mejor predicador que conocí’. Así era Mamerto: profundo, claro y entrañablemente humano.”
La ceremonia se vivió con un clima de paz y serenidad, como lo había pedido el propio Menapace. “El Padre Osvaldo, en la misa, recordó que él quería que este momento fuera una celebración festiva, con su gente cerca. Y así fue. No como cuando murió el Padre Pedro, en plena pandemia, que apenas pudieron despedirlo unas pocas personas. Mamerto quería estar con su pueblo el día de dar este paso”, relató Monseñor Torrado Mosconi.
También recordó que el querido monje había expresado con humor y resignación su cercanía con la muerte en los últimos tiempos. “Hace unos meses, al despedir al Padre Tito, decía: ‘Al final Dios se equivocó, me tocaba a mí, no a él’. Hoy creemos que ya está junto a todos esos hermanos queridos, glorificando a Dios en el cielo.”
La ceremonia coincidió con la solemnidad de Pentecostés, lo cual no pasó desapercibido para el obispo. “No es un dato menor: lo despedimos en esta fiesta del Espíritu Santo, ese mismo Espíritu que lo animó durante toda su vida a comunicar el Evangelio con belleza, cercanía y verdad. Hoy damos gracias a Dios y nos comprometemos a ser fieles a su legado.”
Finalmente, Monseñor Torrado Mosconi concluyó con un mensaje de esperanza: “La muerte no es el final, es un paso. Mamerto así lo creyó y así lo vivió. Su vida fue un testimonio de fe, de entrega y de amor por su gente. Ahora nos queda a nosotros llevar adelante lo que él sembró.”
El entierro del Padre Mamerto Menapace fue acompañado por una muchedumbre de fieles, religiosos, sacerdotes, jóvenes y familias que llegaron desde distintos puntos del país para despedir a quien fue, para muchos, una guía espiritual, un maestro de vida y un hombre profundamente arraigado en la Palabra de Dios.
Agencia MTR