Cada 28 de mayo se celebra el Día Mundial de la Nutrición, una fecha instituida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para fomentar la adopción de hábitos alimenticios saludables que garanticen el buen funcionamiento del organismo y prevengan enfermedades. La nutrición no solo influye en nuestro estado físico, sino también en el desempeño mental, el estado anímico y la calidad de vida en general.
La OMS define la nutrición como “la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo”. Estas necesidades varían de persona a persona, dependiendo de factores como la edad, el sexo, el nivel de actividad física y condiciones fisiológicas como el embarazo o la lactancia.
La mala alimentación ha contribuido al aumento de enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares.
Durante la pandemia por COVID-19, se evidenció aún más la vulnerabilidad de quienes padecen estas condiciones, ya que presentaron mayores complicaciones y tasas de mortalidad.
Frente a este panorama, especialistas recomiendan acudir con profesionales de la nutrición para diseñar dietas personalizadas que respondan a las necesidades de cada organismo. Además, la OMS propone cinco acciones clave para una buena nutrición:
Consumir al menos cinco porciones de frutas y verduras al día.
Mantener una dieta variada con diferentes tipos de alimentos.
Equilibrar el consumo calórico con la actividad física diaria.
Evitar grasas saturadas, azúcares, sal y alimentos procesados.
Eliminar o reducir el consumo de alcohol y tabaco.
El Día Mundial de la Nutrición no solo busca visibilizar la importancia de una dieta balanceada, sino también promover políticas públicas, educación nutricional y el acceso a alimentos saludables para todos los sectores de la población.
Una buena nutrición no es solo cuestión de estética o peso corporal: es una herramienta clave para vivir mejor, prevenir enfermedades y asegurar el bienestar integral de la sociedad.