Nació en 1908, en Juan de la Peña, pueblito de Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Su padre mestizo, de origen quechua, santiagueño, y su madre criolla, de descendencia vasca, lo criaron en Agustín Roca (Junín, Buenos Aires)). Nació como Héctor Roberto Chavero Aramburu, pero a los 13 años nació Atahualpa Yupanqui, el nombre por el que será reconocido, que también lo define: en quechua significa “persona que viene de lejanas tierras para contar algo”. En 1917, su familia se trasladó a Tucumán, tierra que enamoró a Atahualpa y a la que le dedicaría zambas, poemas y su famoso tema Camino del indio, que compuso a los 19 años. Durante su juventud, recorrió gran parte de la Argentina y conoció sus costumbres y sonidos, al trabajar en diferentes oficios, sin dejar jamás la música.
Atahualpa Yupanqui fue el gran folclorista comprometido de América Latina, tanto así que llevó la imagen del trabajador del campo, criollo y patriota, del indígena, del pobre, del marginado, por el mundo entero. Fue un antropólogo de la canción. Militó el Partido Comunista al que renunció. Fue perseguido por la última dictadura cívico militar, que no logró silenciar ni su voz ni su música.Murió el 23 de mayo de 1992 en Nimes, Francia. Dos semanas después, el 7 de junio, sus cenizas fueron entregadas a la tierra del Cerro Colorado, provincia de Córdoba. Tenía 84 años y dejó más de 1.200 canciones y el recuerdo de un pueblo al que supo representar.