
Por estos días, dos motos avanzan por caminos de tierra, asfalto y memoria. Marcelo Marino (67) y Jorge Argel (74) se lanzaron a una travesía que no conoce límites de edad: unir El Paso, Texas, con Necochea, Argentina, en dos Suzuki V-Strom 650, recorriendo América de norte a sur.
Desde los desiertos texanos hasta las selvas centroamericanas, pasando por volcanes, altiplanos y cordilleras sudamericanas, el viaje es tan físico como simbólico: un reencuentro con la juventud vivida, la que nunca se va. Actualmente se encuentran en Jalisco, México, y planean cruzar Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Luego vendrán Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay y finalmente, el suelo argentino.
“Es hermoso sentirse vivo y no sentado en un sillón, frente al televisor, recordando lo que fuimos”, reflexiona Marino, quien emigró a EE.UU. en 1982 y sirvió más de tres décadas en la Marina y el Departamento de Seguridad Nacional.
Su amigo, Jorge, en tanto, es una leyenda local del motocross y del comercio automotriz en Necochea. Lo que los une hoy no es sólo el pasado compartido, sino un espíritu inquieto, la misma locura que en 1981 los llevó espontáneamente en moto hasta Brasil.
“La idea surgió hace diez meses, recordando aquel primer viaje. Yo le dije a Jorge: ‘¿Y si lo repetimos, pero desde Estados Unidos?’. Y él respondió sin dudar: ‘Sí’. Esa respuesta fue todo lo que necesitábamos”, cuenta Marino.
El trayecto evita las grandes ciudades y se adapta al ritmo del camino. Duermen en hoteles o en carpas, según lo requiera la jornada. No hay un cronograma fijo. No hay prisa. Sólo un destino: su ciudad natal, Necochea. Y una certeza: la juventud no tiene edad, solo dirección.
Como dijo Jorge, alguna vez: “La aventura no es cosa de jóvenes. Es cosa de valientes”.