El Gobierno nacional ha decidido congelar nuevamente los aumentos de tarifas de luz y gas que estaban programados para julio. Estos incrementos, que se estimaban entre un 2% y un 3%, tenían como objetivo mejorar los márgenes de las empresas encargadas de los servicios públicos de energía eléctrica y gas natural. Sin embargo, esta medida fue postergada para no impactar las facturas de hogares, comercios e industrias.
En contraste, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció un incremento de impuestos a los combustibles que entrará en vigor el 1 de julio. Este aumento representa un impacto del 1% en el precio de la nafta y el gasoil. Esta medida se enmarca en los esfuerzos del Gobierno por consolidar una baja en la inflación, que se vio interrumpida en junio después de cinco meses consecutivos de descenso, principalmente debido a ajustes previos en las tarifas que buscaban reducir el gasto público en subsidios.
Las empresas afectadas por la congelación de tarifas incluyen importantes nombres como Transener, Transba, Transpa, Edenor, Edesur, TGS, TGN, Metrogas, Naturgy, Camuzzi y Ecogas, entre otras. Esta decisión implica que muchas de estas empresas enfrentarán un retraso significativo en sus ingresos proyectados, lo que podría comprometer sus planes de inversión futuros.
Previamente, entre febrero y abril, el Gobierno había acordado aumentos tarifarios con estas compañías a cambio de que desistieran de reclamos judiciales y mantuvieran una fórmula de indexación mensual. Sin embargo, debido a las circunstancias económicas cambiantes, se decidió cancelar temporalmente este mecanismo de ajuste a partir de julio.
En cuanto a los combustibles, además del ajuste por la devaluación mensual del peso frente al dólar, se aplicará un aumento adicional del 1% en impuestos a partir del próximo mes, elevando el precio de la nafta a aproximadamente $930 o $935 por litro en la Ciudad de Buenos Aires.
En resumen, mientras se busca estabilizar la economía congelando tarifas para proteger a los consumidores, se incrementan impuestos a los combustibles para aumentar la recaudación fiscal, reflejando un equilibrio complejo en las políticas económicas actuales del país.