viernes, julio 26, 2024
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Glorias del TC en el Autódromo Gulliermo “Yoyo” Maldonado

En la jornada de ayer sábado una treintena de autos réplicas, o restaurados que compitieron en competencias automovilísticas

Así se ve desde el puente que cruza sobre la recta principal la calle de boxes, sin los techos… ya el alambrado perimetral sobre el paredón fué reparado, nuevamente hubo máquinas y rugir de motores en el autódromo nuevejuliense

Luego del temporal, que azotó con destrozos a parte de la Ciudad de Nueve de Julio el 9 de marzo pasado, y que en el Autódromo Guillermo “Yoyo” Maldonado hiciera estragos con los techos de los boxes, que literalmente los borró, además de los alambrados entre la calle de boxes y la pista, los motores volvieron a rugir y la impronta de vehículos de carrera y clásicos rodaron por el circuito.

No fué una competencia, no fué una carrera, fué el mostrar una parte de la historia tan rica del automovilismo nacional, en un trazado que está muy relacionado con el deporte mecánico: el autódromo de la Ciudad de Nueve de Julio.

Por esto desde las 10 de la mañana se abrieron las puertas del autódromo y se pudo disfrutar de ver máquinas, en algunos casos las originales restauradas y en otros réplicas, que fueron parte de la historia de la pasión de muchos argentinos tienen en su memoria: las carreras de autos. Hubo cupecitas réplicas, como la que corriera piloto como Fangio; Réplicas de TC, tal es el primer compacto que cambió la categoría, un chevrolet 400; ó la Liebre 1, como con la que ganara el campeonato del ´71, José Luis Di Palma; las réplicas de los Torino que fueron noticia en Nuburbring en el ´67, y autos clásicos como las Coupé Chevy, o algunos falcón en muy buen estado de conservación.

Las Coupé Chevy, para deleitar el estado de conservación de todas las que estuvieron presentes
El pointer que pertenció a Guillermo “Yoyo” Maldonado, con el cual corriera en TC2000 las últimas 8 carreras antes de retirarse.

Nos encontramos con una joya, el Pointer con la que Guillermo “Yoyo” Maldonado corriera sus últimas ocho competencias en el TC2000, es la máquina original, que un nuevejuliense, Oscar, restauró y mantiene. Si bien debajo de capot no tiene el motor de competición colocado, puesto que sería imposible circular con el, la planta impulsora original esta guardada para ser mostrada, completo y funcionalmente lista para ser usada. El vehículo, además, tiene las cubiertas originales que en el año ´86 rodaran por última vez en competición.

Las cubiertas originales del pointer de Yoyo
Esperando la bandera verde para salir a la pista encolumnados

Entre tanto que los fanáticos de los “fierros” disfrutaban de pasearse entre las máquinas, se habilitaba la pista para que los pilotos salieran a girar por el circuito y que sus motores tomaran vida, que también se pudiera disfrutar de el sonido de los escapes, indicativos de la potencia que tienen y que hacen las delicias de aquellos que aman este deporte.

la réplica del Torino nº2 que corrieran en Nuburbring en una hazaña de la industria nacional y de la mano del Mago de Alta Gracia, Oreste Berta. En un caso con el mismo motor de 4 bancadas, y en otro con otro impulsor de 7 bancadas, hicieron sonar esos impulsores Tornado con sus carburadores webber, rememorando aquella gesta.

Glorias del TC trajó a tres entusiastas de las carreras, que hicieron réplicas de los tres Torino, autos de industria nacional, que les hicieran frente a los Alfa Romeo, los Porsche, los Ferrari, los Mercedes, los BMW, los Datsun, en la durísima competencia de las 24 h de Nuburbring, Alemania en el año 1967. Bajo la mano del Mago de Alta Gracia, Oreste Berta, y pilotos experimentados: Oscar Cacho Fangio (Hijo del chueco), Gastón Perkins, Luis Rubén Di Palma, Cupeiro, Canedo, Copello, Franco, Rodriguez Larreta “Larry” y Galbato.

Los carburadores Webber, en los motores Tornado de los Torino

Tres réplicas dónde sus motores reviven el rugir de aquellas tres máquinas, que hicieron historia, sigue sonando que la Industria Nacional puede y debe dar batalla.

Una sorpresa se dió cuando pudimos conocer al que fué el primer diseñador del circuito de este autódromo, el hoy ingeniero Hugo Salvador. El cual nos contó la historia, que trabajaba en Vialidad Nacional, de calculista, y estudiaba ingeniería. Que el jefe de área lo llama y le dice tenemos un regalito, “hay que diseñar un autódromo para la Ciudad de Nueve de Julio”. A la que su respuesta fué “yo no se nada sobre el tema”, y el jefe replicó “Yo menos”. Tenía en su casa revistas parabrisas, que tenía trazados de los circuitos europeos. Lo que fué un desafío el cálculo de los peraltes en las curvas. Hugo, por primera vez pudo ver parte de su obra hace una año atrás. Y recorrerla en su auto, dando una vuelta por el trazado que el dibujó varias décadas atrás. Esta es la 2da vez que pisa el autódromo nuevejuliense.

De repente todos los presentes levantamos la vista, un biplano, empezó a realizar acrobacias aéreas sobre la pista, la primer pasada fue rasante sobre el puente la recta principal, con su estela de humo. Por unos 15 minutos que duró el espectáculo; con lupings, vuelo vertical con tirabuzón, entrada en pérdida, vuelo invertido, picada; nos olvidamos del rugir de los motores de las máquinas que giraban en la pista, y de las estacionadas en boxes.

 

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