Señor Javier Milei, no se ensañe con nuestra religión, porque nadie se mete con su conversión, expresa en documento público .
Para los católicos el Papa es el vicario de Cristo en la tierra, y para millones de personas laicas o de otras religiones, Francisco es un faro por su visión humanista, su magisterio de paz y justicia que va en consonancia con los principios evangélicos elementales y el precepto ancestral de tzedaká que debería estudiar en sus clases de Torá.
Su ataque en tanto diputado nacional ya es grave.
Como candidato, es una instigación a la violencia colectiva.
Si fuera presidente, sería directamente una persecución religiosa.
Está cruzando otro límite que no va a pasar ni con ese ejército de motosierras con la que pretende intimidar.
La historia nos enseñó que estas cosas terminan en violencia fratricida y autodestrucción colectiva. Termine ya con tanta locura.
A los hermanos en la Fe, católicos y cristianos en general, les pido que no tengamos miedo ni aceptemos que un poder que se pretende libertario pero se oculta tras los fueros del César pisotee la libertad de culto a través del predicamento de discursos de odio que pronto se convertirán en acciones concretas.
Se trata de defender los elementos fundantes de nuestra identidad nacional y la perspectiva de construir un futuro desde la memoria histórica de nuestro pueblo que estos salvadores sin historia, aprovechando un momento de crisis, división y confusión, buscan destruir para instaurar, como Nabucodonosor, el culto oficial a la estatua de oro (Daniel 3, 1-25)
Por eso recordemos las palabras de Jesús cuando advirtió que en tiempos de tribulación se traicionarán y odiarán los unos a los otros. Aparecerá una multitud de falsos profetas que engañarán a mucha gente. Al aumentar la maldad, se enfriará el amor de muchos(Mateo 24, 12).
Nuestra tarea es perseverar en la fe. y los que no tienen fe, en el amor al prójimo y la solidaridad. Pase lo que pase.