viernes, abril 19, 2024
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En el Día Internacional de la Salud Menstrual se hacen consideraciones que alcanzan a sectores públicos y privados

Se pide el acceso a instalaciones seguras y a los productos sanitarios que ayudan a manejar sus períodos saludablemente (agua limpia, jabón, toallas sanitarias, analgésicos, entre otros

En el mundo más de mil 800 millones de personas menstrúan, pero a 500 millones se les niega el acceso a instalaciones seguras y a los productos sanitarios que ayudan a manejar sus períodos saludablemente (agua limpia, jabón, toallas sanitarias, analgésicos, entre otros). Aunado a ello, el estigma que sigue rodeando a la menstruación impide que las personas tengan un adecuado desarrollo escolar, profesional, emocional y social.

En Argentina, más de 12 millones de niñas, adolescentes, mujeres, varones trans y no binaries menstrúan. Sin embargo, los obstáculos económicos que experimentan en el acceso a productos de gestión menstrual (toallitas, tampones, copas u otros), así como los tabúes sociales alrededor de la menstruación, tienen consecuencias en su salud, educación y bienestar.

Según la campaña realizada por #MenstruAcción y EcoFeminita en marzo del 2023, el gasto anual de menstruar utilizando toallitas es $10.915, y en el caso de los tampones es de $12.146.  

Se señala que en nuestro país las personas no siempre pueden acceder a medios adecuados de higiene menstrual y contar con instalaciones de baño seguras por eso es tan importante vincular la salud menstrual como un derecho que debe ser garantizado económicamente y aceptado socialmente sin tabúes.

Además, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, las mujeres enfrentan condiciones de desigualdad estructurales en su inserción económica ya que ganan un 28% menos en promedio que los varones, tienen trabajos más precarios y presentan mayores tasas de desempleo.

El estigma y la discriminación en torno a la menstruación dañan a las personas y la falta de acceso a productos e instalaciones para la salud menstrual, dificultan a las personas menstruantes el vivir una vida saludable y desarrollarse en sus ámbitos sociales, escolares y profesionales, se ha comenzado a considerar en ámbitos gremiales para hacer reclamos en las empresas.

De acuerdo con un informe de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), aproximadamente el 30% de las escuelas en la región no cuentan con servicios básicos de agua y saneamiento, lo que dificulta aún más el acceso a una higiene menstrual adecuada.

La falta de acceso a productos menstruales también es un problema frecuente en la región. Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), aproximadamente el 12% de las mujeres en América Latina no pueden permitirse adquirir productos de higiene menstrual. Esto lleva a situaciones difíciles donde muchas mujeres y niñas tienen que improvisar con materiales inadecuados, como trapos o papel, lo que vulnera su dignidad, aumenta el riesgo de infecciones y problemas de salud.

El estigma en torno a la menstruación también tiene consecuencias en el ámbito educativo y laboral. Muchas niñas faltan a la escuela durante su periodo menstrual debido a la falta de acceso a productos de higiene o instalaciones adecuadas. UNICEF estima que en algunos países de América Latina las niñas pueden perder hasta el 20% del año escolar debido a la menstruación.

El Día de la Salud Menstrual es reconocido cada 28 de mayo el mundo y fue lanzado por activistas en 2014 para resaltar la importancia de la educación sobre el manejo de la salud menstrual y empoderar a todas las personas menstruantes para participar plenamente en la sociedad y vivir una vida saludable y autodeterminada.

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