La Hermana Clara Castillo nació en Simoca un 4 de febrero. En esa localidad de unos 9000 habitantes de Tucumán, a los 16 años sintió el ‘llamado de Dios’. No dudó y aceptó el desafío.
Desde Tucumán viajó a Salta y comenzó su formación religiosa en la congregación de las ‘Hermanas Discípulas de Jesús de San Juan Bautista’.
Y ese camino donde ‘el hombre propone y Dios dispone, en marzo de 2018 llegó a Nueve de Julio para misionar y servir en la Catedral Santo Domingo de Guzmán y en Obispado. Luego, monseñor Ariel Torrado Mosconi le encomendó tareas en Cáritas.
Y ahora, al cumplir 5 años, en la diócesis Santo Domingo de Guzmán, fue convocada a otra misión en Santiago del Estero.
Informe en proceso