El 5 de agosto de 1858 tuvo lugar la colocación del primer cable telegráfico submarino transatlántico, que permitió la transmisión de datos por medio de signos morse. Los hermanos John Watkins y Jacob Breet instalaron la antena que unía a Gran Bretaña con Francia a través del estrecho de Dover en el océano Atlántico.
Las primeras comunicaciones se realizaron el 16 de agosto, reduciendo el tiempo de comunicación entre Norteamérica y Europa de los diez días, el tiempo que se tardaba en entregar un mensaje en barco, a cuestión de minutos.
Desde entonces las comunicaciones no han dejado de avanzar y transformar la vida diaria en cada persona.