Ante los hechos sucedidos en la parroquia “San Anselmo” de la ciudad de Pehuajó, como pastores deseamos manifestar nuestra conmoción y dolor, a la vez que nuestra cercanía y solidaridad con la comunidad toda, por los destrozos de las imágenes religiosas y los daños ocasionados en nuestra iglesia parroquial.
Se trata de una profanación objetiva de imágenes tan queridas y veneradas. Una herida a la sensibilidad creyente de la feligresía, así como de un daño grave al patrimonio artístico cultural de la comunidad. Sin embargo, les rogamos que tengamos misericordia y perdón para con la persona que ha realizado tales hechos en un claro estado de alteración y enajenamiento de sus facultades. Recemos por él.
Al contemplar las imágenes rotas del Señor Jesús y sus Santos, no podemos dejar de pensar en tantísimas personas cuyas existencias también están rotas, quebradas y destrozadas a causa de la desintegración familiar, las adicciones, la violencia, los abusos y tantas otras formas de manipulaciones e injusticias. Veneremos, ahora, estas imágenes benditas dañadas que nos llevan a compadecernos y solidarizarnos con esas personas -imágenes y semejanza de Dios- igualmente vejadas de tantas formas distintas en su dignidad.
Agradeciendo las abundantes expresiones de cercanía y solidaridad invitamos para el próximo domingo 30 de enero a celebrar una misa de reparación y nos uniremos espiritualmente a tantos actos de desagravio que se llevarán a cabo en estos días en diversos lugares de nuestra diócesis. Alentamos a la comunidad parroquial a vivir esta dolorosa situación como una oportunidad para unirse más en la edificación de la Iglesia como templo vivo de Cristo. Los bendecimos de todo corazón.
+Ariel Torrado Mosconi
Obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio