jueves, abril 25, 2024
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Que mi dolor, por negligencia municipal, no lo vivan otras personas

Sr. Director
Cadena Nueve

Me dirijo a ese medio y por su intermedio a su amplio público lector y de seguidores.

Lo que contaré procura que otra persona, no pase por lo mismo, con el dolor que ello significa.

Mi nombre es Sandra Vázquez, mamá de Cristian Toledo, víctima de una negligencia del Estado Municipal, y hoy no está con nosotros.

El 14 de agosto del 2021, en horas de la mañana, mi hijo Cristian Toledo circulaba camino a su casa. En Avda. Urquiza y Chacabuco se habían colocado unos tambores sin señalización.

La mañana se presentaba con niebla que impedía una óptima visión.

Mi hijo, en moto, se lo lleva por delante a esos tambores y recibió fuertes golpes. Había una obra pública en ejecución.

Internado en el Hospital Julio de Vedia, al día siguiente – 15 de agosto – se lo traslada al Hospital Bicentenario de Monte Grande.

Dos días después recibí un llamado del Oficial Ezequiel Greco, quien manifiesta que estuvo de turno el día del accidente y refirió que el motivo era saber sobre la salud de mi hijo y hacer un seguimiento sobre su evolución. Luego, nunca más se contactó conmigo.

A su vez, desde la Municipalidad nunca nadie se interesó por la salud de Cristian.

Vivimos dos meses en Monte Grande, ante la internación de mi hijo.

En tanto, nadie se responsabilizó por terrible negligencia.

A su vez, en relación a la hospitalización de Cristian, pedí una interconsulta en el Hospital Gandulfo de la Ciudad de Buenos Aires.

Jamás me imaginé que comenzaba el camino más duro y difícil en mi vida.

El 20 de noviembre a las 1,20 recibí el llamado más doloroso que jamás esperaba. Es que unas horas antes, junto a mi hermana, habíamos estado visitándolo.

Ya en el hospital para hacer todos los trámites de traslado, acompañada de dos familiares, todo parecía que iba hacer fácil de resolver.

Sin embargo a las 4:30 horas de esa madrugada me informan que no se realizaba la entrega del cuerpo ya que había una causa judicial abierta por el accidente, ante las lesiones gravísimas.

Tras ello, un médico nos informó que debíamos presentarnos en la Comisaria 8va de Temperley. Llegamos a las 7:50. Tras una excelente atención comenzó otro calvario.

Al llamar a Nueve de Julio, nadie quería informarnos para aclararnos sobre el camino a seguir.

En tanto, hubo llamadas y desinteligencias con la Oficial Verónica Bonano, Oficial Ezequiel Greco, desde la ayudantía de Fiscalía la Dra. Ana Sanz, hasta que luego de largas siete horas, entendieron que era la competencia y hacerse cargo de lo que esta mamá vivía.

Del deceso de mi hijo, pasaron cinco días hasta que se hizo entrega del cuerpo para su sepultura.

A su vez, desde la municipalidad a las pocas horas del accidente se ordenó la señalización.

Lo vivido fue triste y en el recuerdo me entristece más.

La narración pública es a los fines que se reflexione sobre las consecuencias de una negligencia oficial, donde un hijo no vive, una madre que llora ese dolor, al igual que su familia y amigos y se trabaje para que no haya más muertes evitables.

Y cuando el Estado interviene, que lo haga con responsabilidad, libere burocracia y ayude a las familias de las víctimas para contención ante tanto dolor.

Que no se repita.

Atte.

Sandra Vázquez
DNI: 22.630.478

 

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