jueves, abril 25, 2024
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Padre Guillermo Gómez: ‘La falta de perdón provoca hecatombe’

El sacerdote dejó el interrogante 'Que sería de nosotros sin el perdón' al participan de la Madrugada que unió a la diócesis en la oración



Próximo a cumplir seis años, el grupo ‘Madrugadores del 9’ unió este sábado por séptima vez a la diócesis desde la oración.

Fue la presencia de cuatro sacerdotes y grupo católicos que participaron del rezo de distintos misterios.

El integrante de los ‘Madrugadores del 9’, Julio Tortolo, al ser este sábado el Día del Santísimo nombre de María, resaltó que se conforma con la M de Madre, la A de admirable, la R de reina, la I de intercesora y la A de Amor.

Luego, rezaron los Misterios, en representación de la Catedral Santo Domingo de Guzmán, Rubén Caberta y César Panasiuk; del Movimiento de Cristiandad de Trenque Lauquen, Germán Ignacio y Sergio Ferraro. El tercer Misterio fue orado por el movimiento Convivencia con Dios a través de Fermín Aristi y Horacio Camiso. A continuación, en representación del Grupo Scout Nuestra Señora de Fátima, lo hicieron Jorge Merlo y Marcelo Campanuci, y finalizaron orando Juan Ibarra y Marcelo Bibiloni,en nombre del grupo de ‘Catequesis pre-bautismal’.

En las partes finales, un grupo de vecinos de Norberto de la Riestra pidieron por las intenciones del papa Francisco y que María interceda Jesús para liberarnos de la pandemia.

Luego, el padre Guillermo Gómez, integrante de ‘Los Madrugadores del 9’, al leer el Evangelio de Mateo que se escuchará en las misas de este fin de semana, sobre el perdón y las miradas nobles, resaltó que ‘La falta de perdón provoca hecatombe’ para dejar la inquietud a manera de interrogante, ‘Qué sería de nosotros sin el perdón’.

El sacerdote recordó el Evangelio según San Mateo 18,21-35.
Se adelantó Pedro y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?”.
Jesús le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores.
Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.
Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.
El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: “Señor, dame un plazo y te pagaré todo”.
El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ‘Págame lo que me debes’.
El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: ‘Dame un plazo y te pagaré la deuda’.
Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.
Este lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.
¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?’.
E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos”.

El camino del perdón.
1) Cuántas veces: el proceso del perdón no pasa por la cantidad, sino por tu manera de vivir y por tu actitud a la vida. En esto podrás tener situaciones de vida y momentos con personas que deberás hacer ese paso de perdón, pero sin olvidar que tenés una vida que cuidar. A ver… para ser más claro, perdonar sí, para curarte. Pero no significa que “bueno, paso todo” y no pasó nada… ¡no! perdona, cúrate y aléjate.

2) El perdón del Rey: ese paso de perdón es como el ejemplo que siempre te digo: viene la serpiente, te muerde y te deja el veneno. Allí tenés dos opciones, por un lado, perseguir a la serpiente para matarla y sacarte la bronca; por otro lado, tenés la opción de dejarla que se vaya y te sacas el veneno.
En tu vida pasa igual. Hay personas que te dejaran con veneno, cúrate, sácate el veneno. Valora tu vida. Deja que esa persona se distancie de vos, recupérate y recobra la vida. Capaz que en esto tengas que dejar el orgullo personal y la bronca, pero tu vida vale más. El veneno que se te instala se forja más con la bronca, el rencor y la soberbia.

3) Miserable: no caigas en ser un miserable, en tener ese corazón mísero. Vos tenés un corazón que te debe llevar a la magnanimidad, a tener grandeza de vida. Vos sos alguien que vale y hace valer tu vida, en cambio, un miserable es aquel que tira a la miseria tu vida o vos mismo llevas a una mísera vida tu vida. El perdón sana.

El video del Canal Cadena Nueve integra la Plataforma Digital de CN

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