jueves, marzo 28, 2024
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Finalmente llovió….¿El agua llegó al cultivo o al bajo?

Para Cadena Nueve, Ing. Agr. Pablo Richmond – INTA 9 de Julio

Durante los meses de Enero y Febrero de 2020 se fue acumulando en gran parte de la región pampeana un déficit hídrico importante, con precipitaciones muy inferiores a la media histórica y a la evapotranspiración registrada en los lotes de producción (Cuadro 1). Los cultivos de gruesa evidenciaron esa falta de agua. Lo mismo para el caso de la producción forrajera y la siembra de verdeos invernales.

Cuadro 1.-Precipitaciones en 9 de Julio (cabecera), año 2019-20 y media histórica

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*Hasta el día 17 de Marzo

En la segunda semana del mes de Marzo se produjeron precipitaciones importantes en nuestro territorio (del orden de los 200 mm. en la cabecera del partido de 9 de Julio hasta el día 17 de Marzo) que hicieron recuperar la disponibilidad de agua en el perfil del suelo (Figura 2)

Figura 2: Evolución de la disponibilidad de Agua Útil (AU) en el perfil del suelo

Las imágenes de la Figura 2, son una muestra de la información que la tecnología pone a disposición del productor, actualizando diariamente la reserva de agua útil (AU) disponible para los cultivos en el perfil del suelo para prácticamente todo el país. Se invita al lector a ingresar al sitio http://www3.smn.gob.ar/serviciosclimaticos donde encontrará este y otros materiales en color, lo que permite apreciarlos adecuadamente.

Haciendo foco en la región pampeana, la imagen de la izquierda refleja la situación de faltante de humedad hacia el 9 de Marzo de 2020 y la de la derecha, después de lluvias que superaron como promedio los 100 mm ocurridas el día 11 de Marzo. Las imágenes que captan el efecto de las lluvias posteriores no estaban aún disponibles al momento de redactar el artículo.

Las dos situaciones son muy contrastantes evidenciando una importante recarga del perfil.

Lógicamente, en mayor o menor medida, todo productor se beneficia de este cambio. Pero la recarga de agua en el perfil reflejada por la imagen a escala regional, será muy diferente entre lotes, aún aquellos de características edáficas similares.

Como sugiere el título del artículo, nos podemos cuestionar en qué proporción el agua precipitada llega a almacenarse en el suelo para estar a disposición de las raíces de los cultivos y en cual escurre superficial o subsuperficialmente  hacia el bajo más próximo. Otra posible situación es que la escasa capacidad de infiltración del suelo haga que se produzca un encharcamiento que termina matando plantas en partes importantes del lote.

La capacidad de infiltración del suelo se relaciona estrechamente con su salud desde el punto de vista físico, también llamada por otros autores fertilidad física.

Un suelo de buena condición física se caracteriza por una adecuada porosidad total, y especialmente una adecuada proporción de los poros de mayor tamaño (macroporos) responsables de la capacidad de infiltración. Estos poros deben poseer idealmente una alta estabilidad ante los disturbios físicos, característica asociada a una buena disponibilidad de carbono, aportado por la materia orgánica.

Pero existen distintos fenómenos que perturban esa estabilidad de los poros (o dicho de otra forma, la estabilidad de los agregados que forman las partículas de suelo.)

Entre los principales factores se encuentra la textura, característica propia del suelo.  Pero existe un sinnúmero de factores asociados al manejo, que acumulados en el tiempo, preservan o afectan esta estabilidad de los agregados.

Todo sistema de producción que tienda a preservar la materia orgánica del suelo, disminuya el disturbio físico y contemple el control del tránsito de vehículos y maquinaria a lo mínimo necesario resultará beneficioso.

Respecto al tránsito de maquinaria, un ensayo de la AER 9 de Julio (Richmond-Rillo) evaluó en la Escuela MC y ML Inchausti, el efecto del número de pasadas de un equipo de tractor y tolva cargada durante la cosecha sobre un suelo Hapludol éntico, serie Norumbega, manejado en un sistema de siembra directa en una rotación Maíz-Soja-Trigo/Soja.

Se evaluaron cinco situaciones en dos lotes similares, trabajados en siembra directa estabilizada, uno de los cuales recibió una descompactación con Paratill el año anterior (C/Desc.), y el otro no (S/Desc.).

  • Testigo sin pasada aparente de maquinaria.
  • 1 pasada
  • 2 pasadas
  • 3 pasadas
  • Más de 10 pasadas (Camino de paso de tolvas)

El contenido de humedad del suelo al momento de la pisada del equipo de tractor y tolva fue el siguiente:

Profundidad (cm.)Humedad Gravimétrica (%)
0-2019,8
20-4018
40-6017,3
60-8015,8
80-10017,9

 

La Figura 2 muestra el efecto del número de pasadas sobre la capacidad de infiltración

Figura 2: Infiltración (mm h-1) para diferente número de pasadas

Se observa que la primera pasada del equipo fue responsable de la mayor disminución en la capacidad de infiltración del suelo. Según estudios de INTA Castelar, en un sistema en siembra directa, puede llegar a pisarse el 70% de la superficie del lote en un año. Es de destacar que el efecto de esa pisada sobre la compresión de macroporos puede ser diferente por diversos factores, resultando fundamental el contenido de humedad del suelo al momento del disturbio, aumentando cuanto mayor es la humedad.

En otro ensayo realizado también en lotes de la Escuela Inchausti, los mismos autores evaluaron el efecto de la historia de manejo sobre la infiltración (Figura 3).

Se trabajó sobre las siguientes situaciones:

T1- Pastura antigua de Festuca, con más de 40 años de establecida.

T2- Alfalfa de dos años. Historia de labranza con rastra de discos en cultivos anteriores.

T3- Soja recién sembrada en directa, luego de 5 años de pastura de Festuca.

T4- Maíz, en rotación continua Maíz-Soja-Trigo/Soja en siembra directa (SD).

T5- Pastura de 5 años degradada. Composición: pasto ovillo, cebadilla, alfalfa.

T6- Rastrojo de cebada/soja en lote de agricultura continua con labranza convencional con rastra de discos (LC) durante al menos 50 años.

Figura 3: Infiltración (mm h-1) para cada situación

 

Se observa que las situaciones que tienden a acumular materia orgánica, con el desarrollo de sistemas radiculares abundantes y profundos, tuvieron mejor desempeño respecto a la situación de historia de laboreo continuo.

Estos ensayos, junto a muchos otros que existen en la bibliografía, desafían a los mapas presentados al inicio del artículo, que resultan excelentes a nivel regional. Pero a nivel de predio las variaciones son muy significativas.

En su caso, Sr. Productor, observó la situación de sus lotes pasada la lluvia? Se encharcan con persistencia en el tiempo?

Es útil en estos casos cargar la pala y verificar en distintos sitios el contenido de humedad en el perfil. Quizás sea tiempo de evaluar la presencia de capas compactadas…

En definitiva, el agua caída en su lote llegó al cultivo o al bajo?

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