El Día de la Independencia de la República Argentina se celebra todos los 9 de julio de cada año, teniendo su origen en la conmemoración de la firma del Acta de la Declaración de independencia de gran parte del territorio que hoy denominamos, Argentina. Fue el martes 9 de julio de 1816 en la casa de Francisca Bazán de Laguna, declarada en 1941 Monumento histórico nacional.
A 203 años de aquel suceso trascendente de emancipación, esta celebración es coincidente con el día de la semana. También es martes. Allí, un Congreso en Tucumán, de la entonces, Provincias Unidas del Río de la Plata, proclamó su independencia política de la Monarquía Española y también renunció a toda dominación extranjera.
Fuera de la vivienda unas cinco mil personas salieron a festejar la decisión, una vez conocida la noticia.
A lo largo del tiempo diversos lugares, calles, buques, bonos y empresas tomaron el nombre de “9 de julio” en honor a la fecha patria, tal es el caso de las avenidas 9 de Julio de la ciudad de Buenos Aires, 9 de Julio de las localidades de Formosa, Corrientes o Mendoza, dos cruceros de la Armada Argentina, el equipo de fútbol Club Atlético 9 de Julio o esta ciudad de la provincia de Buenos Aires, cuya denominación es Nueve de Julio, entre otras.
El nombre de martes proviene del latín Martis díes, o «día de Marte».
Día consagrado a Ares, la Energía que lo rige es Phaleg, la piedra preciosa o gema es el jaspe y el jacinto. Phaleg, es uno de los siete Ángeles Energéticos Planetarios cuyo nombre en hebreo significa “Arar” o “Dividir”. Sin embargo, la Virtud de Phaleg se encuentra en el interior del ser humano que lo hace consciente de que en esta vida humana se debe separar el “trigo de la cizaña” para alcanzar la sabiduría, de “Arar y Abonar” el camino para plantar las semillas del bien o de la Espiritualidad.
El Ángel regente de este día es Samuel cuya Energía vibra con el rubí. El metal es el hierro. Es un nombre hebreo que significa “¡Escucha a Dios!” o también “¡Oíd a Dios!” . Es el Ángel del Ímpetu.
La Virtud del coraje y la fuerza es la que se potencia en este día en el cual se hacen los trabajos que con ellas y sus variantes se relacionan. Las gemas y piedras preciosas que guardan las Virtudes del Martes son aquellas de color rojo en todas sus tonalidades. Así es el planeta del cual viene la denominación. Y el rojo es invocado para todo lo concerniente a las victorias.
La vida en sí es una continua búsqueda de lo que llamamos felicidad, y con esa meta aceptamos o rechazamos compromisos, tomamos las decisiones correctas o erróneas, según nos dicte nuestro interior y en nuestro interior están deseos, ideales, emociones, sentimientos y apetitos con que la mayoría de veces nos dejamos llevar, la contrapartida es que y como dice la Biblia recibimos “lo que sembramos”, queramos o no, es un camino de aprendizaje en el que todos deberíamos ser conscientes. Por eso es tan importante conocer y actuar conforme a la “LEY” pues al igual que en la Ley humana, nos exponemos a una “multa” por infringirla. Y estos vaivenes caracteriza el tejido social.
Las Energías del Martes: la fuerza, el ímpetu y el coraje son necesarios para la “lucha” que se avecina, apreciar lo que nos sobra y lo que debemos reforzar, junto con la sencillez de reconocer a nuestro semejante como un igual, sin sentirnos superiores o menospreciarlos.
Ahora, a sabiendas de las bondades que tiene el día de la Declaración de la Independencia, solo hay que encausarlas, y parafraseando el dicho popular que ‘todos los caminos conducen a Roma’, para conducir todas las energías en hacer una nación desde la siembra de buenas semillas, con acciones conjuntas, compartidas y sin divisiones.
Que cada lugar de convivencia donde se tratan hechos de interés común sean abordados recordando la ‘Casa de Tucumán’ para hacerlo con grandeza y espíritu patrio; y mirando siempre la bandera que une a todo el pueblo. De lograse se podrá decir Feliz Día de la Independencia!. Se habrá encontrado la razón de su celebración, con alegría.
Agencia MTR