José Zorrilla y Moral, o José Zorrilla y también conocido como Don Juan Tenorio fue un poeta y dramaturgo español que nació el 21 de febrero de 1817 en Valladolid y murió en Madrid un 23 de enero de 1893.
A lo largo de sus 76 años de vida se lo considera haber sido el iniciador de la modernidad literaria. A su padre, se lo recuerda como despótico y severo. Era relator de la Real Cancillería, órgano judicial a disposición de la corona de Castilla. De ahí su gran deseo para que su hijo, al que le rechazó sistemáticamente su cariño, estudiase derecho negándose a perdonarle sus errores juveniles, donde la atracción por el sexo femenino la puso de manifiesto a temprana edad en una relación con una prima.
Cuando José Zorrilla tenía nueve años, la familia se trasladó a Madrid donde el padre trabajó como superintendente de policía y más tarde a Burgos; y su hijo ingresó en el Seminario de Nobles, regentado por los jesuitas. Allí se fue formando y participó en representaciones teatrales escolares.
Mas tarde fue enviado a estudiar derecho a la Real Universidad de Toledo bajo la vigilancia de un pariente canónigo en cuya casa se hospedó. Sin embargo, el joven José se distraía en otras ocupaciones. Su atracción por el dibujo, las mujeres y la literatura de autores como Walter Scott, James Fenimore Cooper, Chateaubriand, Alejandro Dumas, Victor Hugo, el Duque de Rivas o Espronceda lo alejaron de los libros de derecho.
Su padre, enfadado, lo mandó a Lerma a cavar viñas; pero cuando estaba a medio camino, José se robó una mula, huyó a Madrid . Tenía 19 años y se inició en lo literario frecuentando los ambientes artísticos y bohemios de Madrid. Pasó hambre. Tenía que comer.
Se fingió un artista italiano para dibujar en el Museo de las Familias, publicó algunas poesías en El Artista y pronunció discursos revolucionarios en el Café Nuevo, de forma que terminó por ser perseguido por la policía. Se refugió en casa de un gitano.
A los 20, atraía por el relato de poesías y comenzó a escribir en El Español y El Porvenir, al tiempo que empezó a frecuentar la tertulia de El Parnasillo y leyó poemas en El Liceo.
A loa 21 años se casó con Florentina O’Reilly, una viuda irlandesa mucho mayor que él y con un hijo. Tuvieron un varón que falleció al tiempo que se le empezaron a conocer varias amantes.
En tanto, en 1840 publicó sus famosísimos ‘Cantos del trovador’ y estrenó ‘Más vale llegar a tiempo’, ‘Vivir loco y morir más’ y ‘Cada cual con su razón’. En 1842 aparecen sus ‘Vigilias de Estío’ y da a conocer sus obras teatrales ‘El zapatero y el rey ‘, ‘El eco del torrente’ y ‘Los dos virreyes’. De 1840 a 1845, Zorrilla estuvo contratado en exclusiva por Juan Lombía, empresario del Teatro de la Cruz, en el que estrenó durante esas cinco temporadas nada menos que veintidós obras.
En esos años de gran producción en el Teatro de la Cruz, escribió Don Juan Tenorio. Ambientada en Sevilla y donde Don Juan y Luis Mejía hacen una apuesta de quien a lo largo de un año, se batía en más duelos y seducía a más doncellas. De esos relatos, a todo hombre que le atrajo más de una mujer se le comenzó a decir ‘Es un Don Juan’.
En 1845 abandonó a su esposa y marchó a París, y las crónicas cuentan que intentó estudiar medicina.Allí mantuvo amistad con Alejandro Dumas, y Víctor Hugo.
Al año regresó a Madrid ante el fallecimiento de su madre, Nicomedes Moral. Durante ese 1846, vendió sus obras a la casa Baudry de París, que las publicó en tres tomos en 1847; y dos años después, recibió varios honores: fue hecho miembro de la junta del recién fundado Teatro Español; el Liceo organizó una sesión para exaltarle públicamente y la Real Academia lo admitió entre sus miembros. A esto sumó que falleció su padre y le afectó que no lo haya perdonado de errores de juventud.
Alejado de su esposa, volvió a París en 1851, donde su amante Leila, lo acompañó. Dos años mas tarde viajó a Londres y desde ahí pasó a México, donde vivió once años, primero bajo la protección del gobierno y después del Emperador Maximiliano I, con una interrupción en 1858, año que pasó en Cuba.
Regresó a España en 1866, donde se enteró de la muerte de su mujer y el fusilamiento de Maximiliano. Ello lo llevó a escribir El drama del alma. Desde entonces su fe religiosa sufrió un duro golpe. Se recuperó casándose otra vez con Juana Pacheco en 1869.
Tras ello, llegaron algunos honores: cronista de Valladolid (1884), coronación como poeta nacional laureado en Granada en 1889, entre otros.
José Zorrilla, murió en Madrid en 1893 como consecuencia de una operación efectuada para extraerle un tumor cerebral. Sus restos fueron enterrados en el cementerio de San Justo de Madrid, pero en 1896, cumpliendo la voluntad del poeta, fueron trasladados a Valladolid. En la actualidad se encuentran en el Panteón de Vallisoletanos Ilustres del cementerio del Carmen.
En 1982 se inauguró en su ciudad natal el estadio del Real Valladolid C.F., que lleva por nombre José Zorrilla.