Hace dos semanas el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad la Ordenanza ‘Pirotecnia Cero’. Como todo acuerdo de voluntades de los representantes del pueblo, usos y costumbres son quienes ponen en marcha la decisión oficial. Hay varios ejemplos de legislación no cumplida y hay tolerancia. La circulación de motociclistas sin casco es un ejemplo de ello, entre otras tantas.
Sin embargo, con ‘Pirotecnia Cero’, los vecinos entendieron que hacían daño a personas y mascotas, con las secuelas directas y efectos colaterales como ha sucedido, con quemaduras de manos, rostros, perdidas de ojos y demás. Se tomó conciencia y se cumplió.
Ahora es de esperar que se siga en esa senda., ya vienen otra prueba de ‘fuego’, como lo es la llegada de Año Nuevo.
Varios vecinos consultados describieron la celebración con estas frases. ‘Hermoso’, Alegría’, ‘En familia y sin ruidos’. ‘Que paz!’. Un abuelo conto: ‘lo viví como cuando era joven, con el sentido espiritual de la navidad y en familia’.
Además, se ha tomado conciencia personal, y de ahí se transmito a la colectividad que el uso inadecuado de pirotecnia es la causa de daños materiales a bienes privados y públicos: incendios en zonas arbóreas, coches calcinados, toldos en llamas…Daña el medio ambiente y produce contaminación ambiental y acústica.
Los bebés, los ancianos y las personas convalecientes soportan con incomodidad y malestar el ruido ensordecedor y la contaminación acústica provocada por estos artefactos. También personas con capacidades diferentes e hipersensitividad sensorial, como es el caso de las personas autistas, sufren las consecuencias de la molesta pirotecnia. Miedo, estrés, palpitaciones, taquicardia, infartos, afectación del sistema inmunitario y, en caso de enfermedad, empeoramiento de la salud del paciente.
Todo ello se ha considerado en forma expresa o tácita, se ha volcado al seno social, con su cumplimiento. Es un signo de alta madurez social!.
Pero tal vez quienes más lo padecen son los animales, al ser su oído mucho más sensible al ruido que el nuestro. Lo viven como un infierno. Cada año durante las fiestas, muchos son los animales que desaparecen de sus hogares asustados por el estruendo y el pánico, tratando de escapar de éste. Algunos se pierden, otros son atropellados o mueren en la carretera, exponiendo también a los conductores a sufrir accidentes de tráfico.
Recordemos que la ciencia a demostrado que los estallidos de pólvora afectan al sistema nervioso de los animales, generando cuadros de estrés e inestabilidad emocional y agravando su salud. Palpitaciones, taquicardia, jadeos, dificultad para respirar, hipersalivación, temblores, náuseas. Los animales sufren afectaciones en el tímpano, perturbando su capacidad auditiva. El fuerte estruendo les provoca una reacción de desconcierto, aturdimiento, miedo y angustia, pérdida del sentido de la orientación.
Pero los animales que permanecen en sus casas también sufren. Los animales tratan de esconderse y ocultarse por miedo.
La pirotecnia afecta negativamente a todas las personas y todos los animales, no sólo perros y gatos. Aves, caballos, animales del zoo, animales de granja