Acercándose a los feligreses, para dejar su mensaje ante la Navidad, el Obispo de Nueve de Julio celebro la Misa de Nochebuena.
Fue cerca de las 21 hs., durante la misa que diera comienzo a las 20,30 hs., y lo hizo antes de la cena familiar de este sábado aguardando la celebración de la llegada del Niño-Dios.
En esa manera de hablar como si lo hiciera entre amigos, el prelado señaló en su mensaje tres consideraciones esenciales.
La primera estuvo referida a cada persona. Enfatizó que cada uno vive su noche, en el sentido de oscuridad que padecer por alguna circunstancia. Ante ello, invitó a abrir su corazón para que entre el Señor y de luz a esa noche, ya que ayudará y aliviará.
El segundo señalamiento fue al recordar donde nació Jesús. Llega en un pesebre en un establo. Condición más humilde y de pobreza, para la época, no había. Desde allí, con obediencia a su Padre, se hizo grande y transformó una sociedad, una realidad que aún está vigente.
Monseñor Ariel Torrado Mosconi, puso el punto en la tercera consideración. La felicidad. Cuando se es feliz? preguntó. Desde los regalos – lo material – o desde lo espiritual, la riqueza que genera estar cerca del Señor?.
Cuando se le da luz a la noche por haber permitido el ingreso del Señor a cada noche u oscuridad que e padece, se llega a la felicidad., resaltó.
Durante la ceremonia se le dio ingreso al Niño-Dios, y luego se lo colocó en un pesebre que se convirtió en el centro de la celebración de estas horas y se lo ubicó cerca del altar, para que sea visto y considerado con la fuerza e importancia que la solemnidad requiere.
Agencia MTR