jueves, marzo 28, 2024
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En Junín mataron a una joven tras asaltarla en un kiosco

El disparo rompió el silencio de la noche. La bala ingresó centímetros arriba del pecho de Karen, que cayó sobre el frío piso, tirando a su paso algunas golosinas. La chica, de 17 años, ya le había entregado el dinero que había en la caja registradora al ladrón, que sin embargó apretó el gatillo igual. Escapó del lugar sin que lo vean. Todo esto paso a una cuadra de la Comisaría Segunda, minutos antes de las 22.Junín Incendio patriullero
La seguidilla de robos a mano armada que venía sacudiendo Junín en las últimas semanas se cobró su primer victima anoche, en la esquina de Borges y Siria, frente de la plaza de Villa Belgrano, a escasos 100 metros de la Comisaría Segunda.
Karen Campos de 17 años, estaba atendiendo anoche el kiosco “Carlitos”, junto a una compañera. Habían pasado una tarde complicada, por la tormenta el lugar se inundó y estuvieron un largo rato sacando el agua con secadores.
Unos minutos antes de las 22, un hombre vestido con una campera negra y que cubría su rostro con una capucha, entró al local. No hubo muchas palabras, tampoco forcejeos, el ladrón sacó un revólver y le apuntó a la chica, que estaba detrás de la caja registradora.
A pesar de que le entregó el dinero, el hombre disparó igual. La bala ingresó unos centímetros arriba del pecho. Karen cayó al piso todavía conciente. El ladrón escapó corriendo hacia la vereda; presumiblemente avanzó por Borges hacia República Libanesa, donde lo estaba esperando un cómplice en una moto negra o azul, en la que escaparon.
En ese momento casi todo ese sector del barrio estaba sin luz, la oscuridad los amparó y pudieron perderse en la noche.
En el kiosco todo era confusión. A pesar de que la comisaría está a menos de cien metros, los móviles tardaron varios minutos en llegar. Lo mismo que la ambulancia de Intermed. En pocos segundos la esquina se llenó de vecinos, que conmocionados no entendían lo que estaba pasando.
La joven fue trasladado al HIGA de manera urgente. Cuando llegó la ingresaron inmediatamente al quirófano, pero Karen no resistió y murió a los pocos minutos. Karen tenía un pequeño hijo, que la estaba esperando en su casa.
Bronca, impotencia y dolor
“Después vienen los de inspección, con la policía a romper las bolas al negocio por si vendo cervezas. A una cuadra estamos y no hacen nada”. Pedro Alaniz estaba fuera de sí. El hombre, que es efectivo de la Policía Científica, es el titular del comercio.
Iba de un lado a otro, no despegaba el celular de su oreja. Gesticulando a todo momento. Gritando. Estaba desesperado. A su lado, los policías, que habían llegado al lugar en un primer momento, lo miraban sin decir una palabra. “Son todos unos hijos de p… coimeros, para eso sirven nada más”.
Los vecinos estaban tan tensos como él. “No se puede salir de noche, la plaza es tierra de nadie. Toman falopa, se maman, y los milicos miran y no hacen nada”, se quejó una mujer, con lágrimas en los ojos y cruzada de brazos. La policía siguió mirando en silencio.
En el lugar todos esperaban noticias del hospital, todavía había esperanza. Pero los primeros indicios no eran buenos: “Está grave. La metieron en el quirófano”, dijo un chico, que tendría la misma edad de Karen.
Casi a las 23, más de una hora después del disparo, llegó el móvil de Policía Científica. Algunos minutos antes habían arribado al lugar el fiscal Carlos Rodríguez, el secretario de seguridad municipal, Víctor Knappe y el responsable de asistencia a la víctima, Andrés Rosa. Lo mismo que los máximos responsables policiales en ese momento, el subcomisario, Alejandro Aguilera, responsable de la Segunda; y el comisario mayor Marcelo Arigüel, jefe de la policía distrital.
Todos, en su momento, fueron increpados por los vecinos. Se dio un duro cruce entre la madre de la otra empleada del kiosco y el fiscal Rodríguez.
Cuando la noticia de la muerte de Karen llegó, los ojos de muchos se enrojecieron. Por unos segundos todo fue silencio, que se rompió en un “hay que matarlos a todos a estos hijos de p…”. La policía seguía mirando en silencia, lo mismo que el fiscal y los funcionarios de seguridad.
Indignación popular: Fuego y vidrios
rotos frente a la dependencia policial
La muerte de Karen Campos despertó a los vecinos de Villa Belgrano, sobre todo a los que están cerca de la plaza Sarmiento. Fueron muchas las quejas y reclamos por lo que sucede todas las noches en ese espacio público que está frente a una comisaría y que es el lugar de “reunión” de “faloperos, borrachos y delincuentes”, según los propios ciudadanos.
Después del asesinato, más de 200 personas se juntaron frente a la Comisaría para protestar. Con gritos, aplausos e insultos, la gente descargó su bronca.
Se prendieron cubiertas en el medio de la calle y se esperó por respuestas de los responsables, pero nadie se atrevió a dar la cara frente a la gente. En un momento Arigüel y otros efectivos se pararon frente a la puerta, y esto sólo generó más enojo en la gente, que se abalanzó sobre el edificio rompiendo los vidrios de entrada.
Inmediatamente se solicitó la intervención del GAD, que llegó al lugar con sus parapetos de protección. Algunos chicos empezaron a tirar piedras contra la Comisaría, pero la gente los frenó.
Además quemaron un auto que estaba secuestrado en la puerta de la Comisaría. Los vecinos convocaron a una nueva manifestación para hoy a las 20. Al cierre de esta edición los vecinos seguían frente a la Comisaría manifestando su enojo.
 
 Fuente: Gabriel Forte
La Verdad

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