Cada 29 de agosto, Argentina celebra el Día Nacional de la Persona Donante de Órganos, una fecha emblemática instaurada por la ley 27.575, que sirve para concienciar a la población sobre la importancia de la donación de órganos y recordar a quienes generosamente han hecho posible una segunda oportunidad de vida para otros. Este año, la conmemoración adquiere un significado especial al marcar el 25º aniversario del fallecimiento de Antonella Trivisonno, una niña rosarina cuya vida y legado continúan inspirando a muchos.
Antonella Trivisonno, quien falleció a la edad de seis años, se ha convertido en un símbolo de generosidad y altruismo gracias al esfuerzo constante de sus padres, Silvia y Alejandro Trivisonno. En su memoria, la familia organiza cada año una serie de actividades para promover la donación de órganos. Este sábado, como inicio de las celebraciones por el Día del Donante, llevaron a cabo una intervención artística en la esquina de Córdoba y 1° de Mayo, frente al Monumento a la Bandera y el Concejo Municipal de Rosario.
La intervención consistió en pintar en letras gigantes de color blanco la frase “Soy donante” en el pavimento, una acción simbólica destinada a recordar a la ciudadanía que la donación de órganos es un acto de solidaridad que nos involucra a todos. Esta pintada no solo busca visibilizar la importancia de ser donante, sino también reforzar el mensaje de que todos podemos necesitar algún día un órgano donado.
Silvia Trivisonno destacó la importancia de hablar sobre la donación de órganos desde una edad temprana. “El Día del Donante es una oportunidad para educar a los niños y niñas sobre la decisión de ser donantes y para conmemorar a quienes han hecho posibles estos actos de generosidad. Queremos que esta conversación se lleve a todas las escuelas del país”, expresó Silvia en una entrevista.
La campaña para promover la donación de órganos no es solo una cuestión de educación, sino también un testimonio de amor y solidaridad. Alejandro Trivisonno recordó cómo Antonella, incluso en su corta vida, enseñó a su familia a dar a los demás lo que realmente necesitaban, no lo que ellos querían. “Ella era atenta y generosa, siempre pensando en los demás”, relató Alejandro.
A lo largo de los años, la familia Trivisonno ha enfrentado desafíos y ha visto cómo la conciencia sobre la donación de órganos ha crecido. Desde sus primeras acciones en la esquina de Ovidio Lagos y Salta, cuando comenzaron a registrar personas dispuestas a ser donantes, hasta las campañas más recientes con el apoyo de redes sociales y medios de comunicación, su misión ha sido constante: educar, concienciar y recordar.
Este 29 de agosto, mientras la comunidad se une en conmemoración del Día Nacional de la Persona Donante de Órganos, la historia de Antonella Trivisonno sigue siendo un faro de esperanza y un recordatorio de que cada uno de nosotros tiene el poder de hacer una diferencia en la vida de otro.