Después de 60 años de que la segunda novela de Julio Cortázar, “Rayuela”, fuera publicada un 28 de julio de 1963, es posible seguir los rastros de la construcción de esta narración a través de las cartas que el autor intercambió con personas cercanas a él, su editor Francisco “Paco” Porrúa, el escritor Mario vargas Llosa y el cineasta Manuel Antín, son algunos de sus confidentes. En estas misivas, Cortázar les describe las etapas iniciales de la escritura, hasta llegar a las correcciones finales, lo que permiten reconstruir en una visión única la mente creativa y la dedicación del autor para perfeccionar la obra.
Cortázar también menciona en una de sus cartas que la novela representó cuatro años de trabajo. En ella cuenta que la primera y única lectora fué su esposa Aurora Bernardez.
“Rayuela”, fué la segunda novela, cómo ya dijimos que produjo, la escribió en París y publicada en Argentina, por la editorial Sudamericana, el 28 de junio de 1963, pero, como se lee en sus cartas, recién recibe un ejemplar un mes después.
Se transformó en la obra fundamental del boom latinoamericano y de la literatura en español.
Centrada en la historia de su protagonista Horacio Oliveira y su relación con la Maga, lleva al lector a una trama con desafíos y le presenta múltiples lecturas interpretativas. Se la conoce como “antinovela” o “contranovela”, y es un salto audaz del escritor que lo alejó de la seguridad controlada de sus cuentos fantásticos y lo llevó a una búsqueda sin respuestas con preguntas incesantes.
Aunque el estilo que mantiene a lo largo del texto es muy variado, el propio Cortázar expresa: “de alguna manera es la experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura”.