La ocupación británica de las islas Malvinas fue una operación militar del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda que se produjo el 3 de enero de 1833. Se derrocó al gobernador Luis Vernet y se tomó el control de esas islas.
A pesar de estar en relaciones de paz con la Confederación Argentina, el Reino Unido, con dos buques de guerra desalojaron a la guarnición argentina de Puerto Soledad.
Los soldados y sus familias se marcharon dos días después, dejando atrás la población civil de la colonia, unas veinte personas. Desde entonces, las islas han estado bajo dominio británico, excepto durante el breve período de la guerra de las Malvinas en 1982.
El Gobierno de la República Argentina considera que el 3 de enero de 1833, «las islas fueron ocupadas por fuerzas británicas que desalojaron a la población de origen argentino y a las autoridades argentinas allí establecidas legítimamente, reemplazándolas por súbditos de la potencia ocupante».
Las autoridades argentinas reclamaron inmediatamente la agresión injustificada llevada a cabo en tiempo de paz y amistad entre las dos naciones, continuando hasta la actualidad de forma diplomática.
El Gobierno del Reino Unido califica la acción como «reafirmación» de su dominio, que fue establecido el 23 de enero de 1765, un año después de la llegada de la Bougainville procedente de Francia, por el comodoro británico John Byron quien arribó a la pequeña isla Trinidad, denominada por los británicos Saunders Island, y realizó una ceremonia de toma de posesión.
El establecimiento de Bougainville fue el primer asentamiento permanente en el archipiélago. La ceremonia formal de toma de posesión de las islas Malvinas, se realizó el 5 de abril de 1764. Luis XV ratificó la toma de posesión el 12 de septiembre de 1764, argumentando que las islas fueron descubiertas por navegantes de Saint-Maló, de donde proviene el nombre Malouines, castellanizado a Malvinas.
Enterada España del establecimiento francés en Malvinas, protestó de inmediato ante la Corte de Luis XV. España consideraba que las tierras adyacentes a un continente no podían ocuparse sin el consentimiento del dueño de dicho continente, y que las islas Malvinas habían estado reputadas -y debían reputarse- como adyacentes a sus costas.
Luis XV cedió a las protestas españolas y ordenó entregar el establecimiento de Puerto Luis, rebautizado Puerto Soledad por España al considerar que los títulos españoles eran superiores.
El 4 de octubre Felipe Ruiz Puente quedó a cargo del establecimiento, que administrativamente era una dependencia de la Capitanía General de Buenos Aires.
Entre 1739 y 1748, el Reino de Gran Bretaña estuvo enfrentada con el Reino de España en la denominada guerra del Asiento.
El conflicto concluyó con la firma de la paz en 1749. No obstante, George Anson organizó una expedición al Atlántico sur, a pedido de los ingleses.
España tomó conocimiento del intento británico y protestó, manifestando que el Reino de Gran Bretaña no tenía nada que hacer en el Atlántico Sur y que esas aguas le pertenecían. Finalmente, la expedición británica no se llevó a cabo.
La reanudación de las hostilidades con España llevó a Gran Bretaña a organizar una nueva expedición, que se realizó en el máximo de los secretos.
Ni siquiera los tripulantes de los navíos de guerra británicos conocían su verdadero destino.18 El 23 de enero de 1765 el comodoro Byron realizó la toma de posesión y todo ello duró 4 días; y tiempo después, John McBride, el 8 de enero de 1766, ocupó Puerto Egmont y a fines de ese año, el 2 de diciembre de 1766 los británicos ocuparon Puerto Luis.
En ese contexto de usurpaciones británicas, el 25 de febrero de 1768 el Gobernador de Buenos Aires recibió una Real Orden, por la cual se le ordenaba expulsar cualquier establecimiento inglés que encuentre en las regiones pertenecientes a la Corona, sin esperar instrucciones adicionales.
Considerando estas órdenes, el 3 de junio de 1770, arribó a Puerto Egmont una flotilla de cuatro buques españoles dirigidos por Juan Ignacio de Madariaga, que intimaron a la guarnición británica a rendirse, pues de lo contrario, se vería «precisado a obligarle con el cañón». El 10 de junio de 1770 la guarnición británica en Puerto Egmont rindió sus armas.
En 1774 los británicos abandonan definitivamente Puerto Egmont y las islas quedaron ocupadas exclusivamente por España.
La Capitanía de Malvinas estaba subordinada administrativamente a Buenos Aires. Y es de resaltar que 32 gobernadores garantizaron el ejercicio de soberanía de España sobre la totalidad del archipiélago.
Tras la Revolución de Mayo, España abandonó su guarnición en Puerto Soledad en 1811.
Desde entonces, algunos gauchos y pescadores se quedaron voluntariamente en las islas, y respondían al gobierno de Buenos Aires.
Lo que sería el nuevo Estado argentino estaba en formación y los primeros gobiernos rioplatenses desde 1810 utilizaron el concepto de uti possidetis iure – ‘como poseéis de acuerdo al derecho, así poseeréis’ -que definía que las antiguas posesiones coloniales pasaban a ser parte del territorio de las naciones independizadas. Es decir, tras los procesos de independencia surgidos desde el siglo XIX, el principio ha sido utilizado para establecer las fronteras de los nuevos estados, tal como en el caso de los países latinoamericanos los cuales mantuvieran los límites de los viejos territorios coloniales de los cuales emergieron. En ese contexto, las Islas Malvinas pasaron a ser parte del territorio delas Provincias Unidas del Río de la Plata, hoy Argentina.
La continuación del dominio de las islas, por la tradición de los títulos jurídicos de España en favor de las Provincias Unidas, habilitan a éstas a disponer esas medidas de administración y gobierno.
Las diferentes provincias delegaron a la de Buenos Aires en las representaciones internacionales, y al mismo tiempo las Malvinas continuaban bajo administración de su gobernador.
El 2 de febrero de 1825, el Reino Unido firmó un tratado de amistad y comercio mediante el cual reconoció la independencia de las Provincias Unidas y, naturalmente, la existencia de un ámbito territorial propio de ella, incluyendo las Malvinas.
Ya desde principios de 1820 el gobierno de la provincia de Buenos Aires decidió enviar a un oficial para que hiciera formal toma de posesión del archipiélago y obligara a acatar sus disposiciones administrativas concernientes a la actividad pesquera.
El coronel David Jewett, nombrado «comisionado por el Supremo Gobierno de las Provincias Unidas para tomar posesión de las islas en nombre del país a que éstas pertenecen por ley natural», cumplió la orden el 6 de noviembre de ese año y siete meses después fue reemplazado por Guillermo Mason; y tres años más tarde, Buenos Aires nombraba gobernador de las islas a Pablo Areguatí.
Y el 10 de junio de 1829 se estableció oficialmente en la Isla Soledad y fue nombrado Primer Comandante Político Militar en las Islas Malvinas, Luis Vernet quien lo hizo bajo el pabellón argentino, y se comprometió a hacer cumplir la legislación argentina, cuidar sus costas y los reglamentos de pesca vigentes.
La designación de Vernet la realizó el entonces gobernador de Buenos Aires, Martín Rodríguez, con el asesoramiento del jurista Salvador María del Carril.
Rodríguez designó a Vernet no solo comandante de las Malvinas, sino también de las islas adyacentes al Cabo de Hornos en el océano Atlántico, «teniendo en cuenta las condiciones que reúne», incluyendo la isla Grande de Tierra del Fuego.
Esto asentó el mayor antecedente legal en relación con los reclamos argentinos sobre las islas.
El decreto fue publicado en varios medios de prensa del extranjero, entre ellos Reino Unido y Estados Unidos.
Al año siguiente Vernet hizo circular entre los barcos pesqueros ocupados en la Patagonia, una notificación en inglés y español con copia del referido decreto.
El gobierno de Rodríguez se convirtió en el primer gobierno en nombrar una autoridad directa para las Malvinas desde la Independencia de Argentina.
Cabe destacar que la Comandancia de las Malvinas no era una entidad diferente, sino una parte de la provincia de Buenos Aires.
Más, tarde el 3 de enero de 1833, lo británicos usurparon las islas y destituyeron al gobernador Luis Vernet.
Desde la ocupación de 1833 la Argentina reclama la devolución de los territorios que están bajo control del Reino Unido, que lo administra como un territorio británico de ultramar. Argentina reivindica sus derechos sobre las islas y exige su devolución, considerándolas «parte integral e indivisible» de su territorio.
A criterio de las Naciones Unidas se trata de un territorio en litigio que incluye en la lista de territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización.
Hay un antecedente trascendente. Las Naciones Unidas, a través de una resolución 2065 del 16 de diciembre de 1965 reconoce que las Islas Malvinas son argentinas. El gobierno del Reino Unido, desoye esa disposición. Mas tarde se dictó la resolución 1514 aplicable al territorio -y no a la población- de las Islas Malvinas de tal manera que ambos países lleguen a un acuerdo.
A 189 años, se sigue reclamando ese territorio que es parte de la Nación Argentina.
Además, el venidero 2 de abril se cumplen 40 años de la Gesta Malvinas. Hoy se lanza la Agenda ‘Malvinas, 40 Años’ con un acto de homenaje a los caídos en la Guerra del Atlántico Sur y se reconocerá a los ex-combatientes, a los veteranos de Malvinas y sus familiares en el Museo Malvinas a las 18 horas.