En el seno del peronismo bonaerense se abrió un nuevo frente de discusión con alto voltaje político: el proyecto para eliminar el límite de una sola reelección para diputados, senadores y concejales provinciales avanza con respaldo mayoritario, pero la posibilidad de extender ese beneficio a los intendentes genera fuertes diferencias internas, incluso entre Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador Axel Kicillof.
La propuesta, presentada por el senador oficialista Luis Vivona, busca derogar el límite a las reelecciones establecido en 2016 —y parcialmente flexibilizado en 2022—, que afecta directamente a 19 legisladores provinciales de diversos espacios, incluyendo Unión por la Patria, PRO, UCR y La Libertad Avanza. El oficialismo apunta a que la iniciativa se apruebe antes del 19 de julio, cuando vence el plazo para inscribir candidaturas de cara a las elecciones del 7 de septiembre.
En este contexto, Cristina Kirchner mantuvo una reunión clave esta semana en el Instituto Patria con ocho intendentes del conurbano —cuatro afines a Kicillof y cuatro alineados con ella— para discutir el alcance de la reforma. Allí coincidieron en avanzar con el levantamiento del tope para legisladores y concejales, pero surgió un desacuerdo de fondo sobre los intendentes.
Los alcaldes cercanos al gobernador, entre ellos Mayra Mendoza (Quilmes), Federico Otermín (Lomas de Zamora), Mariel Fernández (Moreno) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), insistieron en incluir a los jefes comunales en la reforma. Del otro lado, Fernando Espinoza (La Matanza), Julio Alak (La Plata), Andrés Watson (Florencio Varela) y Alberto Descalzo (Ituzaingó), más próximos a la exmandataria, respaldaron su planteo: avanzar sólo en lo que hoy puede garantizarse.
Cristina Fernández está de acuerdo con eliminar el límite también para intendentes, pero plantea una estrategia más gradual. Según su análisis, hay respaldo legislativo asegurado para la reforma parcial, pero no los votos suficientes para modificar el régimen de los jefes comunales, cuyo tope rige hasta 2027 y afecta hoy a 82 de los 136 intendentes bonaerenses.
Desde el entorno de Kicillof confirmaron a la agencia DIB que el gobernador quiere avanzar “con todo, ahora”. Esa postura empieza a delinear una grieta interna más profunda entre los dos sectores de mayor peso dentro del oficialismo provincial.
Un actor clave en este tablero es el Frente Renovador. Aunque no participó del encuentro en el Patria, el espacio que lidera Sergio Massa fue el impulsor original de la ley de 2016, en alianza con la entonces gobernadora María Eugenia Vidal. Desde entonces, ha sostenido su rechazo a eliminar el límite. Sin embargo, fuentes legislativas aseguran que estaría dispuesto a flexibilizar su postura en el caso de los legisladores, aunque no así con los intendentes.
Entre bambalinas, varios dirigentes —no sólo del oficialismo— ven en la posible derogación del límite a las reelecciones una oportunidad para perpetuarse en el poder. “Gobernar hasta que las urnas digan basta”, es una frase que se escucha con creciente frecuencia entre jefes comunales con varios mandatos encima. Para algunos, se trata de garantizar la continuidad de proyectos de gestión; para otros, es lisa y llanamente la posibilidad de permanecer en el cargo sin fecha de vencimiento.
Este nuevo debate llega en un contexto de tensión entre el kirchnerismo y el kicillofismo en la Legislatura. Las diferencias ya venían manifestándose en torno al calendario electoral y al manejo de la deuda que los municipios mantienen con la provincia por asistencia financiera durante la pandemia.
“La pelea entre los dos modelos de conducción vuelve a quedar expuesta. Es un nuevo capítulo de una disputa que no se resuelve”, sintetizó una fuente parlamentaria. Mientras tanto, en la Legislatura, los tiempos corren y la reforma parcial podría abrir una ventana de oportunidad para algunos… y cerrar definitivamente las chances de otros.