martes, mayo 13, 2025
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Martes 13: el día que la superstición lo convierte en maldito

"Ni te cases ni te embarques” es mucho más que un simple refrán popular en los países hispanohablantes: es el reflejo de una superstición con raíces ancestrales que combina mitología, religión y hechos históricos.

Cada vez que el calendario marca un martes 13, el dicho popular resuena en muchos hogares: “En martes 13 ni te cases ni te embarques, ni de tu casa te apartes”. Esta advertencia, que parece una simple rima folclórica, encierra siglos de creencias que vinculan este día con la mala suerte, el caos y el peligro. Pero ¿de dónde viene realmente esta fobia?

El número 13 ha sido históricamente considerado de mal augurio.

En la Cábala judía, por ejemplo, se mencionan 13 espíritus malignos. También se asocia a la figura del carnero, aquel que Abraham estuvo dispuesto a sacrificar por mandato divino, símbolo de la muerte y la obediencia ciega.

En el cristianismo, esta cifra aparece reiteradamente ligada a eventos trágicos: en la Última Cena había trece comensales, y uno de ellos —Judas Iscariote— fue el traidor.

Además, muchos creen que Jesús fue crucificado un viernes 13, aunque la fecha exacta sigue siendo objeto de debate.

Incluso la mitología nórdica añade leña al fuego: en una antigua leyenda, Loki, el dios del engaño y el caos, fue el invitado número trece a una cena en Asgard, causando la muerte del querido dios Balder.

Desde entonces, el número 13 quedó vinculado con la tragedia y el desorden.

Pero ¿por qué temerle al martes y no al viernes, como sucede en otros países? La clave está en Marte, el dios romano de la guerra, que da nombre a este día en los idiomas latinos.

Para los antiguos romanos, Marte no era un dios propicio para iniciar proyectos o firmar acuerdos. El martes era visto como un día conflictivo, propenso a los enfrentamientos y las pérdidas.

De esta combinación explosiva nace el martes 13: un número maldito asociado con traiciones y muerte, unido a un día consagrado al conflicto y la destrucción.

No es de extrañar que muchos prefieran evitar compromisos importantes en esta fecha.

Una falsa creencia histórica alimenta aún más el mito: la caída de Constantinopla en manos de los otomanos en 1453. Aunque la batalla final fue un 29 de mayo, algunos relatos posteriores la situaron erróneamente en un martes 13, fortaleciendo la conexión entre esta fecha y la fatalidad.

Mientras tanto, la fobia al viernes 13 —más extendida en países anglosajones y europeos— se afianzó especialmente después del 13 de octubre de 1307, cuando el rey Felipe IV de Francia ordenó la captura y ejecución de los Caballeros Templarios. Ese episodio dejó una profunda marca en la historia occidental y en el imaginario colectivo.

Hoy en día, aunque muchos se burlan de estas supersticiones, el martes 13 sigue siendo un día en el que más de uno prefiere postergar decisiones importantes.

En algunos países se evita programar cirugías, bodas o firmar contratos. Incluso hay quienes no viajan o se ausentan del trabajo “por las dudas”.

En Estados Unidos no hay pisos en los edificios en torre ’13’ ni ’17’. Los ascensores señalan de 12 y 14.

La superstición, al fin y al cabo, es parte del folklore que construye la identidad de los pueblos. Sea una tradición sin fundamento o un mecanismo para explicar lo inexplicable, el martes 13 sigue vigente como un recordatorio de que, para bien o para mal, la historia y las creencias todavía pesan más de lo que parece.

¿Y tú? ¿Te animarías a casarte o embarcarte en un martes 13?

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