Este jueves 1 de mayo, en una nueva entrega del ciclo Modo Jubileo dentro del programa radial Despertate, por Cadena Nueve y Máxima 89.9, el padre Daniel Camagna ofreció una profunda reflexión espiritual y social en torno a la figura del papa Francisco y al Jubileo de la Esperanza convocado por él en vida a fines del año 2024. En un contexto de Iglesia movilizada por el reciente fallecimiento del pontífice y la proximidad del cónclave para designar a su sucesor, el sacerdote destacó la vigencia de este tiempo jubilar y el valor de su mensaje transformador.
“El Jubileo sigue vigente porque no es propiedad de una persona, sino un tiempo de gracia. Y eso, en la Iglesia, trasciende incluso a la muerte del Papa que lo proclamó”, señaló Camagna, en respuesta a quienes se preguntan si los efectos del Jubileo se ven alterados por el proceso sucesorio.
En su análisis, el sacerdote resaltó que el ciclo Modo Jubileo toma inspiración directa del espíritu humanista y pastoral de Francisco, especialmente en su insistencia sobre la necesidad de una Iglesia “cercana, callejera y hospital de campaña”.
“No era un papa académico, sino profundamente práctico y claro. No necesitaba escribir tratados. Bastaban dos o tres frases para dejarnos un mensaje poderoso y transformador”, destacó.
Francisco: herencia de humanidad, diálogo y compasión
A lo largo del segmento -todos los jueves a las 9.30 -, el padre Daniel Camagna resumió el legado de Francisco en tres grandes pilares: la cultura del encuentro, la misericordia y la esperanza. Estas ideas, insistió, no son conceptos abstractos, sino respuestas concretas a las tensiones de un mundo fragmentado.
“En un planeta interconectado pero en conflicto, Francisco nos habló del encuentro, del diálogo, de mirar al otro como hermano. Y eso no es poesía, es necesidad. Porque si no nos entendemos, saltamos por los aires”, sostuvo.
También hizo referencia a los compromisos del Papa con causas clave como el cuidado del medio ambiente, los migrantes y los pobres, todas bajo el paraguas de una Iglesia en salida, que escucha, asiste y reconstruye.
El padre concluyó este análisis con una visión que entrelaza lo espiritual con lo geopolítico. “En una aldea global fragmentada, el mensaje de Francisco de encontrarse, dialogar, perdonar y construir es más urgente que nunca. El Jubileo de la Esperanza es eso: mirar al futuro con los pies en la tierra, como decía él, para no perder el rumbo”.
Una transición histórica en la Iglesia
En la antesala del cónclave para designar al nuevo papa, previsto para inicios de la semana venidera, el padre Daniel llamó a la calma y al discernimiento, alejándose de las especulaciones apresuradas. “Va a hacer falta serenidad para asimilar el paso de Francisco. No todo puede reducirse a titulares o curiosidades superficiales. Lo que deja es hondo y duradero”, afirmó.
También destacó el carácter inédito de este proceso: “Pocas veces en la historia un Año Santo fue convocado por un Papa y eventualmente clausurado por otro. Es un signo de continuidad espiritual en medio del cambio institucional”.
Del Jubileo a la justicia afectiva: un fallo que interpela
La charla tomó un giro significativo al referirse a un reciente fallo judicial en Mercedes, que involucra a nuevejulienses, donde una joven logró que se reconozca legalmente a sus dos padres: el biológico y el afectivo. Camagna valoró la medida como un ejemplo de cómo el derecho puede acompañar la realidad desde el amor y el reconocimiento.
“Esto también es misericordia encarnada: entender que los vínculos no siempre responden a moldes, pero sí tienen un profundo valor humano. Es un fallo que interpela no solo desde lo jurídico, sino desde lo social y espiritual”, reflexionó.
El sacerdote destacó que el caso, inédito en los tribunales de Mercedes, puede sentar jurisprudencia y abrir nuevas lecturas sobre la paternidad y la familia desde una perspectiva integradora y afectiva.
Francisco, esperanza y futuro
La columna cerró con una evocación del mensaje final de Francisco: la esperanza. “Un anciano, al final de su vida, con tantas crisis alrededor, elige hablar de esperanza. Eso no es ingenuidad: es fe profunda, es abrir una puerta para seguir caminando”, dijo Daniel Camagna.
Y, en tono íntimo y simbólico, reveló su plegaria personal: “Estoy rezándole a Pironio por este cónclave. Él estuvo en dos. Que nos ayude desde el cielo, como lo hizo en vida”.
El sacerdote desde ‘Modo Jubileo’ llamó a mirar con otros ojos, desde el amor, la fe y la transformación.