Un hombre fue condenado a pagar una importante indemnización a una mujer que fue filmada mientras se encontraba en el baño de un departamento que él le alquilaba. La sentencia fue apelada ante la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Necochea, donde fue el hecho, después de se conoció el fallo dictado en primera instancia. El acusado deberá pagar una suma millonaria por “daños y perjuicios”, en respuesta a la violación de privacidad y el impacto psicológico que sufrió la víctima.
El incidente ocurrió en mayo de 2023, en una vivienda que pertenecía a la esposa del acusado, donde la víctima, una mujer que se encontraba alquilando el departamento, vivía junto a su hija menor de edad.
Según el relato de la víctima durante la investigación, el hecho ocurrió cuando se encontraba tomando una ducha en el baño del departamento. De repente, vio a través del ventiluz un celular que la enfocaba mientras se bañaba. Alarmada, la mujer salió rápidamente del baño y le contó lo sucedido a una amiga que la acompañaba en ese momento. Esta amiga fue testigo clave del caso, y describió el estado de la víctima como “blanca, asustadísima”.
La víctima, extremadamente afectada, intentó seguir con su día. Sin embargo, esa misma noche no pudo regresar al departamento y, en cambio, se dirigió a la casa de su madre, donde estalló en llanto. Varias personas que la acompañaron después del hecho confirmaron el profundo trauma que sufrió la mujer. Un testigo relató que, días después, al llegar a la casa de la víctima, la encontró llorando y visiblemente afectada, con las manos temblorosas. Según la misma fuente, la joven estaba “muy, pero muy mal”, y comenzó asistencia psicológica.
El trauma psicológico no se limitó al momento inmediato. Otras personas cercanas a la víctima señalaron que la mujer tuvo que acudir a un psicólogo debido a la angustia, dificultad para dormir y la evidente tristeza que reflejaba su rostro. También se mencionó que le costaba incluso acercarse al lugar donde ocurrió el hecho y, por ello, optó por mudarse a la casa de su madre. La afectación fue tal que la víctima no pudo retirar sus pertenencias de inmediato debido al estado emocional en el que se encontraba. La angustia aumentó con el largo proceso de encontrar una nueva vivienda para ella y su hija.
El proceso judicial logró probar de manera contundente los hechos ocurridos, lo que llevó al juzgado de primera instancia a dictar una sentencia en la que se ordenó al acusado el pago de $8.218.544, distribuidos de la siguiente manera: $8.000.000 por daño moral y $218.544 por daño psicológico, lo que se entendió como una indemnización para cubrir los gastos de tratamiento psicológico completo.
Pese a la condena, el acusado apeló la sentencia, lo que prolonga el proceso judicial.
Este caso pone de manifiesto la importancia de proteger la privacidad y dignidad de las personas, y la seriedad con la que se deben abordar los delitos de acoso y violación de la intimidad. La condena subraya el compromiso de la justicia para garantizar los derechos fundamentales de las personas y castigar este tipo de conductas inapropiadas.