En Mercedes, finalizó la etapa Oral y Público del juicio que se le sigue al Escribano Ricardo Balalía imputado de haber matada a su jardinero, descuartizado e intenar tirar el cuerpo en el Río Luján. El hecho fue hace casi 4 años. Era plena pandemia. Todo se ventiló en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 del Departamento Judicial Mercedes
Ahora, la fiscalía y el particular damnificado pidieron una pena de veinte años de prisión para Ricardo Baladia, el escribano que en Morón asesinó en 2020 al jardinero Miguel Pereyra, y de cuyos restos intentó deshacerse en el río Luján, a pocos metros de la Basílica.
Durante la segunda jornada del debate, la Fiscalía de Juicio, a cargo de la doctora Valeria Chapuis, la profesional señaló que “se encuentra acreditado que entre las jornadas del 12 y 13 de mayo de 2020, el imputado Baladia le dio un puntazo con un arma blanca a Pereyra, provocándole la muerte; ocurriendo esto en su propia Escribanía en la calle Almirante Brown de la localidad de Morón”.
Cometido el crimen, de acuerdo con la fiscal, el imputado desmembró el cuerpo de la víctima con distintos elementos cortantes para colocarlo en su vehículo un BMW 528. Luego se dirigió hasta el río Luján, donde comenzó a descartar el cuerpo. Fue allí que el hombre fue sorprendido por personal policial.
Es que se estaba en la fase 1 de la pandemia donde regía el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y las cámara de seguridad de Luján observaron a un auto con distintas maniobras que llamaron la atención y se alertó a la Policia. Nadie circulaba por la Ciudad, salvo en BMW del Escribano.
Al término de su exposición, la fiscal solicitó que se condene a Baladia a la pena de 20 años de prisión por el delito de “homicidio simple” en calidad de autor. Los abogados de la familia de la víctima coincidieron con el planteo de la fiscal. En cambio, los defensores solicitaron la absolución del acusado y que se lo califique como homicidio en estado de “emoción violenta”, con una condena de tres años.
El veredicto se conocerá el próximo martes 7 en horas de la mañana.
Conforme surge de la causa, el escribano Ricardo Baladia, hoy de 60 año de edad, fue sorprendido por efectivos de la policía bonaerense a mediados de mayo de 2020, en plena pandemia, cuando intentaba deshacerse del cadáver desmembrado de su jardinero en el río Luján. En el lugar, había manchas de sangre esparcidas en el suelo, partes de masa encefálica y una valija con restos humanos.
A pesar de la restricción para transitar por la cuarentena que que había comenzado dos meses antes, Baladia había llegado hasta allí desde Morón con su vehículo, un BMW modelo 98. Dentro del auto se encontró un DNI que sirvió para identificar a la víctima, Miguel Alejandro Pereyra, un jardinero de 42 años que vivía en Castelar, a unas pocas cuadras del domicilio familiar de los Baladia, en Morón. Según trascendió después, Pereyra trabajaba para su asesino.
Tras ser sorprendido, el acusado primero aseguró que estaba desorientado, perdido, bajo tratamiento psiquiátrico. Pero después contó una historia a los policías, algo que finalmente no validó en su indagatoria: dijo que su víctima había entrado a robarle al estudio que tenía en Morón, que le disparó para defenderse y que luego desmembró el cuerpo.
Según la autopsia, no obstante, Pereyra no murió por un disparo, sino por una puñalada de un cuchillo de filo único que afectó el corazón y los vasos vitales. Después, el cuerpo fue desmembrado con un objeto similar a un hacha, o una sierra, de acuerdo con el tipo de cortes, laceraciones encontradas. Además, a los forenses les llamó la atención la cantidad de lesiones posmortem detectadas y consideraron el hecho como una obra “morbosa”, que demostraba “odio” y que era producto de “una mente perturbada”.
En la escribanía donde Baladia le dio muerte a Pereyra, en la calle Almirante Brown 1085 de Morón, se encontraron manchas de sangre y se secuestraron vainas servidas, un cuchillo y una hidrolavadora.
Agencia MTR