El hombre que intentó asesinar a Cristina Fernández de Kirchner, es un ciudadano con DNI argentino, pero de nacionalidad brasileña, tiene 35 años se llama Fernando André Sabag Montiel y estaría vinculado a organizaciones del nazismo que operan en el país.
Las primeras informaciones dan cuenta que vive en un domicilio en el primer piso de la calle Terrada al 2300, en el barrio porteño de Villa del Parque.
Está inscripto como dedicado al “servicio de transporte automotor urbano y suburbano no regular de pasajeros de oferta libre, excepto mediante taxis y remises, alquiler de autos con chofer y transporte escolar (incluye servicios urbanos especiales como charters, servicios contratados”. Esta inscripción deja entrever que trabaja de chofer de alguna app de transporte de pasajeros particulares.
Fernando André Sabag Montiel, alias “Salim” o “Tedi”, convive con otro hombre de la misma edad, que está inscripto como estilista. En planta baja del domicilio hay una barbería. Pero además, el conviviente trabajaría en una reconocida productora de contenidos audiovisuales.
Registros de Migraciones y Renaper, indican que nació el 13 de enero de 1987 en San Pablo, Brasil, pero está radicado aquí desde 1993. Su madre era argentina, Viviana Beatriz Sabag, y su padre era Fernando Ernesto Montiel Araya, de Valparaíso, Chile, quien habría sido expulsado de Brasil por orden de la Justicia de ese país.
Además se consigna desde la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ex Renar) que no poseía un permiso de portación de armas. Y la Policía Federal indicó que contaba con un antecedente por portación de armas no convencionales, ocurrido el 17 de marzo de 2021. Su última salida de la Argentina fue con destino a Uruguay.
Según fuentes de la Policía Federal, el agresor utilizó una pistola Bersa calibre 380, muy similar, a las armas conocidas como 9 milímetros corto. El arma es una pistola semiautomática y que el calibre también es conocido como el 7.65 milímetros.
Si bien Fernando André Sabag Montiel gatilló dos veces frente al rostro de Cristina Fernández de Kirchner el disparo no salió. Sin embargo, las primeras pericias indican que tenía el cargador lleno con 5 balas. En la base el arma posee una numeración parcial con el número 250.
Los peritos no dudan que el hombre sabía manipular la pistola y que al gatillar dos veces a pocos centímetros de la cara de la vicepresidenta no hay otra posibilidad que no se haya tratado de un intento de magnicidio. Una de las explicaciones de por qué no salió la bala es porque las municiones podrían estar en mal estado, con pólvora húmeda. O que simplemente no cargó las balas en la recámara antes de atacarla.