En Micaela Cascalleres, una localidad cercana a Tres Arroyos, este miércoles 20 de abril, se remataron unos 15 autos antiguos, tras la muerte de Ceferino Cadenas, un particular vecino de la localidad bonaerense, que falleció a los 98 años y había trabajado en la NASA.
En su cuenta de Twitter, Sebastián Cadenas contó la historia de su tío abuelo Ceferino, quien falleció este 2022 a sus 98 años. En el hilo que realizó en la red social, el joven describió al hombre como “un gran personaje de la familia”.
En el remate se vendió todo, desde un Nash y algún Ford T hasta un lote de 6 patentes viejas, una de ellas de 1922″, expresó el usuario de la red social y agregó que incluso, en el remate de autos, “hubo una mesa que vendía choris y asado, atendida por la cooperadora de la escuela secundaria de Copetonas.
El martillero, Agustín Miqueleiz, explicó que asistieron más de 300 personas en unos 250 vehículos, y que había gente de diferentes lugares como La Pampa, Carhué, Laprida y Santa Fe. Además, expresó que “hicieron una limpieza enorme de todo, no quedó una sola cosa”. El remate se llevó a cabo en el campo de la familia Cadenas, ubicado en el kilómetro 512 de la Ruta 3.
El dueño fallecido, había trabajado en la NASA, armaba autos antiguos y Ceferino quiso casarse con una chica japonesa pero que algo no funcionó y prometió quedarse soltero. Fue la forma que encontró de expresar su amor por ella y el respeto por su mamá, comenzó escribiendo el usuario de Twitter, y agregó que su tío abuelo “era vegano, cuando pocos sabían lo que significaba ser vegano”.
Ceferino no pudo estudiar en la universidad, sino que fue un autodidacta. Sebastián, su sobrino nieto contó que “trabajo en el campo desde muy chico. También fue dibujante en Istilart, una empresa local de Tres Arroyos. Según él ‘un destacado dibujante'”.
En algún momento, el vecino de Tres Arroyos se mudó a Nueva York y según se sabe viajó en barco y trabajó un tiempo en el puerto. Pero eso no fue todo: también trabajó en la NASA. “En la Nasa fue matricero y en los 60 se hizo ciudadano americano”, explicó el joven en Twitter.
Cuando volvió Argentina, Ceferino seguía viajando regularmente a Estados Unidos y, “se internaba en una clínica de Ohio para depurar y tomar agua. Tomaba solo agua durante 35 o 40 días”.
En el remate se vendió todo, desde un Nash y algún Ford T hasta un lote de 6 patentes viejas, una de ellas de 1922″, expresó el usuario de la red social y agregó que incluso, en el remate de autos, “hubo una mesa que vendía choris y asado, atendida por la cooperadora de la escuela secundaria de Copetonas.
El martillero, Agustín Miqueleiz, explicó que asistieron más de 300 personas en unos 250 vehículos, y que había gente de diferentes lugares como La Pampa, Carhué, Laprida y Santa Fe. Además, expresó que “hicieron una limpieza enorme de todo, no quedó una sola cosa”. El remate se llevó a cabo en el campo de la familia Cadenas, ubicado en el kilómetro 512 de la Ruta 3.
El dueño fallecido, había trabajado en la NASA, armaba autos antiguos y Ceferino quiso casarse con una chica japonesa pero que algo no funcionó y prometió quedarse soltero. Fue la forma que encontró de expresar su amor por ella y el respeto por su mamá, comenzó escribiendo el usuario de Twitter, y agregó que su tío abuelo “era vegano, cuando pocos sabían lo que significaba ser vegano”.
Ceferino no pudo estudiar en la universidad, sino que fue un autodidacta. Sebastián, su sobrino nieto contó que “trabajo en el campo desde muy chico. También fue dibujante en Istilart, una empresa local de Tres Arroyos. Según él ‘un destacado dibujante'”.
En algún momento, el vecino de Tres Arroyos se mudó a Nueva York y según se sabe viajó en barco y trabajó un tiempo en el puerto. Pero eso no fue todo: también trabajó en la NASA. “En la Nasa fue matricero y en los 60 se hizo ciudadano americano”, explicó el joven en Twitter.
Cuando volvió Argentina, Ceferino seguía viajando regularmente a Estados Unidos y, “se internaba en una clínica de Ohio para depurar y tomar agua. Tomaba solo agua durante 35 o 40 días”.
Creció en una época en la que el teléfono no era indispensable y mantuvo su rutina durante toda su vida: “para hablar con él tenías que llamarlo a las 11 o a las 16. Horas que iba al lado del teléfono para ver si sonaba. Fuera de ese horario no atendía ‘porque siempre son para molestar'”, se puede leer en el hilo de Twitter.
El vecino de Micaela Casacallares que luego se mudó a Tres Arroyos era el socio vivo más antiguo del radio club argentino y tenía un estilo de vida que le permitió subirse a la torre hasta sus 92 años. Incluso Sebastián cuenta que “siempre contaba cuentos de personas con quienes conectaba en barcos o del otro lado del mundo”.
Su fanatismo a los autos era tal, que los coleccionaba y armaba él mismo con piezas originales. “La última vez que lo vi tenía 97 y cuando llegue estaba cambiando una cubierta de una F100 con más destreza que cualquiera de nosotros”, manifestó Sebastián Cadenas.
“Llamaba la atención su sencillez. Cuidó de su cuerpo y ejercitó sus capacidades mentales ampliando límites con mucho estudio y dedicación. Trabajó el campo, hizo crecer su huerta y se dedicó a su taller hasta el final de sus días”, finalizó el usuario de Twitter que contó la vida del excéntrico y muy querido vecino de Tres Arroyos fanático de los autos.