Durante este Sábado Santo se recuerda el dolor, la valentía, la fe y la soledad de la Virgen María, quien al final solo quedó en compañía del apóstol Juan después de llevar al sepulcro a Cristo.
Para la iglesia es un día de luto, pero también de esperanza, pues se hace énfasis en el recordatorio que María le hizo a los apóstoles sobre lo que su hijo había dicho: «Resucitaré al tercer día». Ella nunca lo dudó, a pesar de que para el resto de los seguidores de Jesús todo parecía terminado y perdido.
En este día también se conmemora a Jesús en el sepulcro y su descenso al Abismo o a los infiernos. Es por eso que en muchas comunidades durante la noche se hace la Vigilia Pascual, como ocurrirá en la catedral Santa Domingo de Guzmán, desde las 21 hs.
Es importante mencionar que en este día no puede celebrarse ningún rito oficial como misas, bodas o bautizos, por lo que suele ser destinado a retiros espirituales y al rezo de la Liturgia (sin eucaristía). Se permite la Unción de los enfermos (dar los Santos Óleos a personas próximas a la muerte) y la Penitencia, razón por la cual muchos curas dedican el día a hacer confesiones.