sábado, abril 27, 2024
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Día Nacional del Patrimonio Natural y Cultura Argentina

El objetivo de esta fecha es el de fomentar en la sociedad la reflexión sobre el legado cultural y patrimonial que se deja en el territorio argentino, generación tras generación

En 1990, el Poder Ejecutivo declaró el 8 de octubre Día Nacional del Patrimonio Natural y Cultural Argentino, mediante Decreto 2033/1990, con el objetivo de fomentar en la sociedad la reflexión sobre el legado cultural y patrimonial que se deja en el territorio argentino, generación tras generación.

Se considera patrimonio cultural a todo lo que tenga un valor universal excepcional, desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.

El objetivo de que un bien o lugar se declare patrimonio cultural o natural es atesorar, guardar, custodiar y cuidar de estos elementos, tradiciones o paisajes, que forman parte de la cultura y la identidad de un pueblo.

Para ser considerado patrimonio cultural o natural, en primer lugar, se debe analizar el grado de significación que tienen en valores históricos, sociales y testimoniales, artísticos, arquitectónicos o de significación urbana o ambiental.

En cuanto al patrimonio cultural, no solo son considerados bienes materiales como edificios, documentos, obras de arte, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas, sino que cada vez más se orienta el trabajo hacia la conservación del patrimonio inmaterial. Esto es: tradiciones, historias, relatos de transmisión oral, recetas y conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación.

Es decir, que se considera patrimonio cultural a todo lo que tenga un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.

El patrimonio natural, por su parte, comprende aquellos monumentos naturales integrados por formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico, como son las formaciones geológicas y las zonas que constituyan el hábitat de especies, animal y vegetal, amenazadas, es decir, aquellas que sean relevantes para las ciencia, la conservación o la belleza natural.

Algunas políticas de Estado han avanzado en forma significativa en este aspecto.

De todos modos, sigue siendo necesaria la difusión e implementación de recursos que impulsen el trabajo colectivo en pos de la preservación del acervo cultural y natural, protegiendo así las artes, los oficios, las tradiciones y espacios naturales que conforman nuestro patrimonio.

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