La Navidad llegó con las familias en sus casas, sin juegos artificiales y poco movimiento de vehículos.
Estos tres aspectos es lo que caracterizaban a la ciudad de Nueve de Julio luego de una recorrida por algunas calles en la madrugada de este viernes 25.
Parecía que se habían escuchado los mensaje del personal de salud, reflejado en el Comté de Crisis y del Jefe Comunal, Mariano Barroso, ante la pandemia y situación crítica del distrito desde lo epidemiológico, cuando se invitó a pasarlo en familia y revalidar lo que significa compartir con los afectos primarios y más importantes de una persona. Esa célula central de amor, institucionalidad, primeras enseñanzas y estímulos a la vida. Y esas paredes de contención estuvieron presentes como en las Navidades de antaño. Encuentro de familia, donde el pesebre era el centro de atención y papa Noel no se conocía.
Ahora convivieron ambos, los regalos y el Niño Jesús, con más fuerza que otros años. Es que el Coronavirus puso a la sociedad en introspección. Esa mirada para adentro estuvo viva.
En las mesas de encuentro, no faltaron los recuerdos de otras festividades más austeras, y los relatos ponían en escena cuando se agasajaba al vecindario con alguna serenata, además de compartir alguna pan dulce y sidra.
La postal de la madrugada estuvo dada por pocos autos, que daban la sensación que se desplazaban luego de ese encuentro íntimo y de pocos, para el descanso. En tanto la patrulla policial, controlaba ese andar con discreción y presencia.
Sien bien se entendió el mensaje de años anteriores sobre el no uso de pirotecnia por razones de salud, en muchas personas y evitar alteraciones de mascotas, el clima navideño se vivió puertas adentro, y sin estampidos de fuegos artificiales.
La sensación que se vivió fue la de respeto y cuidado. El mismo que vienen pidiendo el personal de salud, desde hace un tiempo a esta parte, y semejante al de las autoridades de gobierno.
La consigna #QuedateEnCasa de los primeros meses de pandemia, afloró en navidad, dando la impresión que la insistencia de ser responsable individual y colectivamente, ha sido comprendida.
Las Fiestas pueden ser disfrutadas sin desbordes, donde lo afectivo esté presente, el cuidado de uno y su entorno, es posible, y puertas afuera, no olvidarse del respeto a los demás.
Si un psicoanalista pusiese en el diván la postal de lo que se observó en esta nochebuena ante la llegada de la navidad, sonreiría y le diría a su paciente… vas madurando… pensá que ese es el camino.
Feliz Navidad y que se disfrute con el hashtag #QuedateEnCasa!
Agencia MTR