Dos jóvenes estaban de novio en Puerto Belgrano, cercanías de Bahía Blanca. René Marcelino Aguilar y Silvia Elisa Martínez, fueron separados de esa relación ante el conflicto Malvinas. El fue enviado a Puerto Argentino y ella quedó en el sur bonaerense, donde vivía.
En estas horas, la mujer falleció de coronavirus en la provincia más extrema del mundo y reflotó la historia de su casamiento.
Cierto día, y en plena guerra de Malvinas, el suboficial principal René Marcelino Aguilar que había llegado como integrante del Batallón Antiaéreo de Infantería de Marina, le dijo a su superior que quería casarse ya que su novia estaba embarazada. Si muero en combate mi orgullo será que mi hijo lleve mi apellido. El jefe le dijo que lo veía poco probable y transmitió la inquietud a sus superiores.
El 9 de junio de 1982, el soldado es convocado desde la línea de combate a Puerto Argentino. Lo esperaba el general Mario Benjamín Menéndez, quien le transmitió que todo estaba listo para celebrar el matrimonio.
La novia aguardaba en Bahía Blanca, y el casamiento se realizó por poder.
El hecho fue trascendente ya que fue el primero y único casamiento en Islas Malvinas celebrado en conflicto bélico y en suelo argentino desde la ocupación de los ingleses.
Martínez y Aguilar, tras el fin de las batallas, se radicaron, en la ciudad donde la mujer encontró la muerte.
En estas horas, el héroe de Malvinas, recordó que cuando pido de casarse, también le dijo a su superior que ‘mi deseo no era regresar al continente, porque estaba seguro de que iba a morir. Pero que para mí, como soldado, no había nada más honorable y digno que eso”, sostuvo el veterano de guerra.
La ceremonia se desdobló en dos actos que se realizaron en forma simultánea: en Bahía Blanca estaba Martínez y la mujer del subcomandante con un poder para representar al soldado, y en Puerto Argentino estaba Aguilar y el subcomandante, con un poder para representar a Martínez.
“En mi casamiento estaba mi subcomandante en representación legal de mi esposa y yo. El encargado de la celebración decía: “puede firmar el novio”, y lo hacía yo, y “puede firmar la novia”, y firmaba el subcomandante. Cuando terminó la ceremonia, unos muchachos del fondo gritaron: “el novio puede besar a la novia”, y todos nos reímos mucho”, rememoró el soldado.
“Fue todo rápido, a la misma hora. Recuerdo que se hizo de noche y tuve que volver a mi posición”. En tanto, un general me expresó que yo ‘no tomaba dimensión de lo que había pasado, que era un hecho histórico, un acto de soberanía’.
René Aguilar contó que ya de regreso a Bahía Blanca, tras la finalización del conflicto bélico, se extravió el acta de matrimonio en Puerto Argentino y que tardó ‘8 años en recuperarla de manos de los ingleses, donde figuro como casado en Puerto Argentino’.
Después la historia siguió su curso y la pareja terminó radicándose en Río Grande, donde la mujer contrajo Covid-19 y no pudo salir de la enfermedad. Murió el pasado 28 de octubre en el Hospital de es ciudad.
Agencia MTR