Un 27 de mayo de 1901, nació Enrique Santos Discépolo. Fue periodista, dramaturgo, actor, escritor y autor de varias letras de tango. ‘Uno’ y ‘Cambalache’, ‘Cafetín de Buenos Aires, ‘Yira Yira’, que siguen teniendo vigencia. Como actor, sobresalió en El Hincha y Blum. Murió a los 50 años, de un infarto al corazón. Fue el 23 de diciembre de 1951.
Había nacido en el barrio porteño de Balvanera y murió en el mismo barrio.
A la muerte de sus padres, jóvenes, su hermano Armando Discépolo, 14 años mayor, se convirtió en su maestro y le descubrió la vocación por el teatro. Con él dio sus primeros pasos como actor en 1917. En 1918 escribió sus primeras obras de teatro: El señor cura, El hombre solo y Día feriado. En 1923 actuó en la obra Mateo, escrita por su hermano. Prosiguió escribiendo para el género teatral y al mismo tiempo, en 1925, compuso la música del tango Bizcochito y la letra y la música de Que vachaché.
Mantuvo un romance de 24 años con la cantante española Tania.
Cambalache perdura en el tiempo ya que describe, realidades que perduran en el tiempo.
Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé… (¡En el quinientos seis y en el dos mil también!)
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé…
pero que el siglo veinte es un despliegue
de maldá insolente
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue y en un mismo lodo
todos manoseaos…
En 1928 compuso el tango Esta noche me emborracho, popularizado por Azucena Maizani. Más tarde, entre 1928 y 1929, escribió Chorra, Malevaje, Soy un arlequín y Yira, yira, entre otros. Mientras tanto, continuaba actuando con éxito en los teatros de Montevideo y Buenos Aires.
Entre 1931 y 1934 escribió varias obras musicales, entre ellas, Wunderbar y Tres esperanzas. En 1935 viajó a Europa y a su regreso se vinculó al mundo del cine como actor, guionista y director. Simultáneamente escribió y compuso sus tangos más notables Cambalache (1934), Desencanto (1937), Alma de bandoneón (1935), Uno (con música de Mariano Mores, 1943) y Canción desesperada (1944).
A partir de 1943 el gobierno de entonces obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez, la prostitución y el proxenetismo o expresiones que en forma arbitraria eran consideradas inmorales o negativas para el idioma o para el país incluyó al tango Uno dentro de los censurados para su difusión radiofónica.
Las restricciones continuaron al asumir el gobierno de Juan Perón. Ante ello, directivos de Sadaic, le solicitaron al administrador de Correos y Telecomunicaciones que las anularan, pero sin resultado. Ante ello, logaron un encuentro con el Presidente de la nación, el que se realizó el 25 de marzo de 1949, y allí Perón les señaló que ignoraba la existencia de esas directivas, a las cuales dejó sin efecto y Uno, al igual que otros muchos tangos, volvieron a ser escuchados en radios.
En 1947, después de una gira por México y Cuba, compuso al año siguiente, ‘Cafetín de Buenos Aires’. Desde entonces, continuó produciendo películas, obras teatrales y tangos, algunos de los cuales fueron estrenados después de su muerte.
Finalmente, el 13 de abril de 1651, estrena y protagoniza su última película como actor, dirigida por Manuel Romero, llamada El Hincha, en la que queda inmortalizada su frase célebre en la que describe lo que es un hincha de fútbol.
¿Qué sería de un club sin el hincha? Una bolsa vacía. El hincha es el alma de los colores. Es el que no se ve, el que se da todo sin esperar nada. Eso es el hincha… ESO SOY YO”.
Esta película, cierra con un con un irónico monólogo muy recordado sobre el hincha, el fútbol y la vida.
¿Y para qué trabaja uno si no es para ir los domingos y romperse los pulmones a las tribunas hinchando por un ideal? ¿O es que eso no vale nada?”…”¿Que sería del fútbol sin el hincha?…El hincha es todo en la vida…
Enique Santos Discépolo supo interpretar una época y la reflejaba rápidamente en una letra de tango, obra o cine.