Desde hace tiempo, en la sociedad se pide comportamientos de transparencia a los dirigentes. Lentamente esa solicitud se va instalando como freno a comportamientos desmedidos de ciertas conductas de cabecillas. Ver cuentas claras le alcanza a los regentes en general, ya sea en la política, en cooperativas, cooperadoras u ONG en general, toda vez que los recursos que se generan no son a riesgo patrimonial de los conductores o consejos directivos.
En esencia, se trata de la necesidad de nucleamientos de personas ante la ausencia del Estado, en el ámbito que fuere, desde esa conformación nacen esas asociaciones, que se involucran con la necesidad, trabajan, para dar solución, pero el riesgo económico no está presente en ellos. Solo en los empresarios está ese peligro. No obstante, esa voluntad y vocación de servicio es merituada y valorada.
Esta explicación viene a cuenta, porque muchas veces, esa dirigencia toma decisiones que terminan involucrando a terceros.
Esto hace que esté comenzando a tomar forma el pedido de ajuste a la clase política. Aquella que toma decisiones en el interés colectivo, que están por vocación de servir, pero el capital riego, no le alcanza. No obstante, hay dirigentes que son conscientes de ello y actúan con prudencia, como si la administración de la cosa pública, fuese su propio patrimonio. En realidad, por Teoría dl Estado, lo es, pero de una manera, más colectiva.
Parecería ser que esa deuda, también está pendiente. Es decir, hacer la discusión, sensata, abierta, equilibrada y pluralista sobre cuál debe ser el haber de quienes nos representan por encima de connotaciones políticas.
Tres ejemplos pueden ayudar. Quién conforma una ONG, e integra la Comisión Directiva, pone su inteligencia, se moviliza para procurar los fonos o necesidades a cumplir por la institución y lo hace con verdadera vocación de servicio. Por esa tarea, nada cobra. Si bien no tiene riesgo patrimonial, vive el compromiso y actúa para que ello no decaiga.
Quien es Intendente Municipal, recibe un haber por la tarea a cumplir. Deja de lado su propia actividad para ejercer el cargo en nombre del interés de los vecinos y la causa que abraza.
En la zona, se han empezado a preguntar, en igual cargo, con presupuestos distintos y diferencias poblacionales, quien gobierna Pehuajó cobra por mes $ 250.000; y quien lo hace por Nueve de Julio, $ 100.000. Es decir, un haber cuya diferencia es el emolumento del Gerente de la Cooperativa ‘Mariano Moreno’.
No se persigue personificar, lo que se procura es abrir un debate que debe alcanzar a todos, ya que desde el pago del impuesto de la sociedad en su conjunto surgen los salarios de personas que se brindan con vocación de servicio. Representan intereses de terceros, y por esa tarea deben cobrar.
En el caso de una cooperativa, los haberes naces de las convenciones colectivas de trabajo. También brindan tareas para terceros, y sin riesgo patrimonial, y el dinero nace de la colectividad en su conjunto, esto es, sus asociados. En este caso, de toda una ciudad.
Tal vez, el debate debe comenzar por preguntarse, cual es el bien protegido, y desde entonces, con serenidad, responsabilidad y elevado criterio, debatir en su conjunto lo que a Nueve de Julio le corresponde, en cada ámbito.
Para Cadena Nueve, Gustavo Tinetti